No corría el viento de cara para Frank Castelló y el CD Castellón hace una semana, pero dos victorias consecutivas (ante Paiporta y en Silla) y un empate (en casa del Torre Levante) en ocho días, en una categoría tan antipática e igualada como la Tercera División, han normalizado la situación de un conjunto albinegro que se tambaleaba.

Hace dos semanas todo se veía negro. El Atlético Levante visitaba Castalia como líder y se imponía 0-1 en el tiempo de descuentos. Las alarmas se encendían en Castalia. Y no por los ocho puntos que distanciaban a los orelluts del primer puesto, sino por las sensaciones que dejó el equipo: poco fútbol, escasez de ideas y poca llegada al marco rival.

Desde ese instante, el puesto de Castelló comenzaba a estar en entredicho, pero más de puertas para fuera que en el propio club. Una semana más tarde, en la 12ª jornada, el equipo sumaba un punto en su visita a Orriols, ante el Torre Levante, pero la buena segunda mitad albinegra ayudaba a que no saltaran las alarmas.

PARTIDOS CLAVE / Era evidente que el crédito comenzaba a acabársele al míster de Bocairent, que se la jugaba a una carta en los dos últimos choques. En la jornada intersemanal, los castellonenses vencían al Paiporta por 2-1, en un duelo con luces y sombras, con fases de buen juego y otras en las que hubo demasiada fragilidad defensiva. Zagalá, el larguero y un penalti fallado por el rival evitaron el empate.

Y el pasado domingo, en Silla, más de los mismo. El Castellón se mostró demasiado contemplativo, sin apenas ideas y muy poco ofensivo. Por fortuna, se acertó en el gol de Javi Serra y se supo defender, pero sufriendo.

El único aspecto positivo es que se está a dos puntos del play-off y con un partido más que el 4º, precisamente su rival del domingo, el Olímpic, al que hay que ganar y con otras sensaciones.