El CD Castellón hace un paréntesis en la Liga para, con el respaldo de Castalia, buscar una victoria de prestigio este martes y un puñado de euros en la Copa del Rey (20.00 horas). Ganar a la UD Las Palmas le reportaría 35.000 euros, que se sumarían a los 23.000 ya seguros por haberse clasificado para esta competición y los 12.000 como semifinalista de la Copa RFEF.

Después del esfuerzo de la Copa B, de las cuatro rondas disputadas, el Castellón no ha llegado hasta aquí para pasar de puntillas por la Copa de verdad. De ahí que avanzara su partido frente al Ebro al pasado sábado, de ahí que retrasara las vacaciones navideñas a las siete de la tarde-noche del domingo, cuando concluya su duelo en Castalia frente al Cornellà. Los albinegros han gozado de 30 horas más de descanso que los grancanarios, que solo habrán tenido 48 entre el final del encuentro en Elche (2-3) y el pitido inicial en Castalia.

Con todo, Óscar Cano introducirá alguna que otra variación. Todo hace indicar que Jesús López estará bajo los palos, por detrás de una retaguardia en el que la lesión de larga duración de Paco Regalón y la de media de Héctor Verdés, unidas a que Víctor García debe ponerse a tono tras su pequeño percance muscular, minimizan el margen de maniobra del granadino, que, al menos, recupera a Rafa Gálvez.

En la medular, Pablo Roig, otro representante de la unidad B, debería tener minutos, mientras que David Cubillas aguardará a ver quien le acompaña. «Trataré de hacer el mejor equipo posible, repartiendo los minutos. Ha habido horas para recuperar, pero tenemos que andar con pies de plomo porque tenemos a mucha gente cogida con pinzas», reconocía Cano, para quien esta competición «es un premio por la buena andadura en la Copa RFEF». El nazarí destacó que el equipo pío, pío, «que luchará por subir a Primera», tiene jugadores «de buen pie, dinámicos y complementarios».

CAMBIO TOTAL EN LOS CANARIOS

Si Cano no meterá a fondo el bisturí, sí lo hará su homólogo, Pepe Mel, con quien trabajó cuando éste entrenaba al Betis y el granadino, al filial verdiblanco. El madrileño, que forma parte de la historia del Castellón por sus 23 goles en la última temporada del ascenso a Primera (1988/1989), podría cambiar la alineación de arriba a abajo, sin ninguno de los titulares del Martínez Valero. Es más, todo hace indicar que saldrá con cuatro futbolistas con ficha del filial desde el inicio, con el riesgo que ello supone.