Cuando se estrena un cargo, las primeras decisiones son las más importantes. Más allá de su mero simbolismo, suponen una declaración de intenciones, una especie de marcar territorio. Si el primer fichaje del Castellón (el regreso de Luismi Ruiz) deja el sello sobre la política del club en materia de refuerzos, la primera renovación, la de Jordi Marenyà, también tiene su trascendencia. El club convierte al vila-realense en el primero de la clase, en la piedra angular de su proyecto, en la vertiente futbolística.

El sufrimiento de los jugadores albinegros esta temporada ha sido mayúsculo, aunque muy pocos como el personalizado en Marenyà. No solo por las dificultades inherentes a las lesiones, que no le han permitido ofrecer su mejor nivel hasta el tramo final de la temporada, sino por los problemas que le han causado ejercer de líder. De capitán, aunque luego no llevase el brazalete, como sí lo hizo en su anterior etapa en el club, igual o más convulsa que esta reciente campaña.

Jordi Marenyà Gumbau (17/5/1991) seguirá vistiendo, una temporada más, la camiseta albinegra, tras haber alcanzado un acuerdo con la entidad de Castalia, informaba ayer el Castellón, que alarga esta vinculación hasta junio del 2018. Con la presumible salida de Guille Vázquez, el vila-realense será el jugador con más temporadas en la primera plantilla albinegra: seis. Debutó en Segunda A en 2009 y luego, tras el paréntesis en el Olímpic (2013 a 2015), otras cuatro más (contando la venidera).

Este ultimo ejercicio, aun a pesar de toda la problemática, deja unas estadísticas llamativas. Marenyà ha disputado 31 encuentros (21 como titular), ligeramente por debajo de los 2.000 minutos, con un gol, el que consiguió evitar la derrota en el último encuentro del 2016, en Ibi, curiosamente también el último de Frank Castelló antes de su destitución en Nochevieja.

El vila-realense, ya de vacaciones, valoraba breve aunque significativamente el acuerdo: «Estoy muy contento de renovar con el Castellón. Muy ilusionado con el cambio de rumbo del club, que seguro que es decisivo para cumplir los objetivos y que el Castellón vuelva a la categoría que, por historia y afición, se merece».

DESPACITO // Como la canción de moda, el Castellón va definiendo, poco a poco, la plantilla de la que debe ser su séptima y última singladura en Tercera División.

Hasta ahora, es oficial la renovación de Marenyà y el fichaje de Luismi Ruiz. No obstante, está renovado, de facto, Abraham (el club hizo este movimiento con la grave lesión sufrida en marzo).

Otros con contrato en vigor son Jesús López, Guinot y Álvaro (cuentan), además de Albert Pedra (el club pretenden que sigan con ficha B, alternando el filial y el primer equipo). Otra cuestión es la de Guille Vázquez, con quien se negocia la rescisión, con lo que seguiría los pasos de Sabater, Álex Salt, Clyde, Yagüe y Esaú. Manu Martínez, Álex López y Pruden tienen difícil seguir.

El club está a la espera del sí de Zagalá, Enrique, Chema, Javi Zarzo, Ximo Forner, Lolo Ivars y Fonte para formar una plantilla que no excederá de las 18 fichas.