El Castellón suma 11 jornadas sin perder pero, por desgracia, parece que lo que sucede entre partido y partido es más determinante que los 90 minutos semanales de fútbol. Aunque alejados de los focos (las citas judiciales y lo que hace o deja de hacer David Cruz centran la atención, a pesar de la imponente racha), lo cierto es que el vestuario sufre como el que más la delicadísima situación económica. Hasta el punto de que ya existen casos de jugadores que empiezan a pasarlo realmente mal. Una sensación reforzada con otra promesa incumplida del abono de una de las nóminas y la inminente marcha de Juanfran, un adiós más relacionado con su disoluta vida que con otro tipo de cuestiones.

Así llega el Castellón al derbi de mañana (12.00 horas), en El Palmar. La idílica situación de un extramotivado Borriol contrasta con lo que se vive en Castalia, donde hasta el regreso de dos pesos pesados de la plantilla (Zagalá en la portería y Marenyà, por lo que significa dentro y fuera de los terrenos de juego) corre el riesgo de pasar, incluso, desapercibida. Eso sí, Frank Castelló, quien, aun habiendo sumado el 82,5% de los puntos desde la derrota en Segorbe, todavía ve pender sobre su bigote la espada de Damocles de su destitución por su aireado divorcio con Cruz, confirma que «Carlos jugará el domingo» y cree que Jordi «será el último descartado» frente al Borriol.

Tampoco ayuda la inminente marcha de Juanfran. Con él, Castelló habrá perdido a cinco jugadores en las últimas cinco semanas (Víctor Pino se fue por voluntad propia y, luego, el club se cargó, de un plumazo, a Arturo, Ramos y Borja Gómez). «La última noticia que tengo, de hace un rato, es que estaba con el presidente, solucionando su rescisión», explicaba el técnico. Saúl Suay, responsable de la dirección deportiva, corroboraba, minutos después, que el lateral izquierdo está «más fuera que dentro».

Juanfran lleva un par de semanas sin aparecer por los entrenamientos, con permiso de Cruz por «problemas personales», pero su comportamiento, en su vertiente privada, está afectando a su productividad futbolística, lo que no gusta ni al técnico ni a sus compañeros.

OTRA SEMANA SIN COBRAR // Casi a diario, algún jugador trata de entrevistarse con Cruz para preguntarle sobre lo que les adeuda, a punto de cumplirse el segundo mes sin cobrar. El jueves por la tarde, el presidente trasladó a uno de los capitanes que iba a ordenar las transferencias, pero, ayer por la mañana, los futbolistas volvían a llevarse una desilusión. La enésima. La situación es tan peligrosa, que por el vestuario ha sobrevolado la posibilidad de reducir el número de entrenamientos, aunque al final ha prevalecido mantener la habitual programación, porque lo contrario iría en detrimento del rendimiento, individual y colectivo.

«El presi les ha dicho a los chavales que, de forma inmediata, cobraría octubre, pero de momento [el dinero] no está. ¿Si confiamos? Debemos hacerlo», dijo Castelló: «No tenemos más remedio que hacer de tripas corazón, ser serios y profesionales. No podemos permitirnos el lujo de no competir siempre al máximo. Claro que afecta todo lo que sucede durante semana, pero, dentro de la problemática, nos centramos solo en competir», subrayó. Ahí están los resultados.

EL PANORAMA QUE OTEA // Una vez más, Castelló admitió que «si siguen los impagos, es normal que los jugadores se vayan». «Hay futbolistas que me preocupan, porque les cuesta mucho estar aquí», señaló. «Intentamos arroparlos y que solo piensen en el domingo pero...», añadió el entrenador.