El Castellón resolvió como un trámite la vuelta a la competición. El Elche B no fue rival (2-0), si bien los orelluts tuvieron que esperar, por su racanería, a la segunda mitad para meter tres puntos más a la saca, en una tarde de cierto riesgo, por la vuelta después de cerca de tres semanas y la presión de las victorias de los rivales directos, pero también por la ausencia del portero titular, con Cubillas como único delantero en la convocatoria (enseñando aún más la puerta de salida a Rubén Fonte y Nico Pascual-Leone) y una alineación no exenta de novedades. Bajo el filtro del resultadismo, todo correcto: el Castellón sigue engordando su casillero, mientras aguarda a rivales de mayor fuste y a esos fichajes que disipen las incógnitas de cara a un play-off que cada vez parece más cercano.

Pendientes de si llega ya el delantero, Castalia se sorprendió cuando Manu Viana, portero del filial, hacía calentar a Álvaro Unanua. Alejandro Zagalá, que había disputado la totalidad de los minutos, no estuvo repuesto de su enfermedad. Un examen para un joven futbolista portador de un apellido con lustre en lo que a la portería se refiere, justo cuando el Castellón también busca, ahí, un refuerzo.

La titularidad de Unanua eclipsó un once más que llamativo, con David Colomer dejando en el banquillo a Juanjo Gracia. Un banquillo en el que también estaba Luismi Ruiz (perdedor del duelo con Abraham Peleteiro por el lateral derecho) o Arturo Navarro, el central que descansaba.

ESPESURA // Al Castellón le costó sacudirse la inactividad. El Ilicitano castigó repetidamente el pésimo balance defensivo en el primer tiempo. Justo a dos minutos del descanso, David Cubillas erró un mano a mano ante Juanma, definiendo precipitadamente, tal vez por las prisas del tiempo que llevaba sin marcar. Luego lo arregló. Antes, Javi Serra había firmado el otro remate peligroso pero, con el portero visitante batido, un compañero salió en su auxilio a pocos centímetros de la raya de gol. Javi Rubio también había probado al portero, pero el público, escaso (si se puede denominar así a los 7.000 espectadores de un partido de Tercera) pese a que el fútbol volvía a Castalia un domingo por la tarde, sesteó e, incluso, algún que otro tímido pito ante la espesura de los suyos, que no iba a mayores porque el Elche B no era nada del otro mundo.

OTRO partido // El paso por el vestuario transformó al Castellón, con Cubillas rompiendo con su particular sequía en boca de gol con la ayuda del pase de Àngel Dealbert, sin que la reanudación hubiese consumido un par de minutos. Poco después, Fran Martínez le sacó, en la línea, el 2-0.

El Castellón, como quien no quiere la cosa, colocó una distancia ya insalvable, al menos de forma aparente para lo que su adversario había demostrado hasta ese momento, un cuarto de hora después. Javi Rubio, convertido en el mejor complemento (goleador) de Cubillas, añadió un nuevo registro a su amplio abanico de recursos con el 2-0.

Ahí se acabó todo. El Castellón no quiso ir a por más y el Ilicitano ni pudo. La última media hora tuvo muy poca miga, con los locales manteniendo la cómoda ventaja que conllevaba un partido más con la portería a cero, con diferente inquilino al habitual, a la espera de otras tardes en las que hará falta un mayor esfuerzo en todos los ámbitos.