El invictus Castellóninvictus suma y sigue. Y no solo eso, sabe sufrir y cuando hace falta tiene la suerte de cara. Ayer, en una encerrona de campo llamado Sagnier, de césped artificial y más propio de competiciones sociales o de la liga laboral, el conjunto de Óscar Cano logró un trabajado triunfo por la mínima ante el Prat (0-1), fraguado gracias a una aceptable primera mitad rentabilizada con un gol de astucia de Javi Serra, pero en el que en la segunda parte el equipo desapareció, concedió innumerables ocasiones a su rival y solo la brillante actuación del meta Álvaro Campos y los postes —hasta tres largueros rivales— evitaron el empate.

Un triunfo necesario y que sirvió para quitarse las espinitas y males sabores de boca de los dos últimos compromisos ligueros, en los que tanto Nàstic de Tarragona a domicilio como el Ejea, en Castalia, privaron de la victoria en los últimos minutos del encuentro. Una circunstancia que pudo darse ayer, ya que el último larguero de los barceloneses, con paradón de Campos incluido, llegó en el mismo minuto 90, lo que hubiera tirado al traste la forjada resistencia orellut en la segunda mitad que le permite ahora estar afianzado y establecido en la zona de play-off de ascenso, eso sí, empatado a puntos tanto con el Andorra como con el Villarreal B, los conjuntos que le anteceden y preceden respectivamente.

CON EL BLOQUE HABITUAL // Cano no quiso cambiar su guión de las últimas jornadas. Desde la lesiones de Regalón y de Jorge Fernández, Verdés y Javi Serra se han afianzado como titulares indiscutibles en el once y precisamente ellos, junto al meta Campos, fueron los mejores ayer en las reducidas dimensiones del feudo catalán.

La idea del técnico granadino del Castellón era la de amasar el esférico, madurar las jugadas a base de posesión y buscar la finalización en la banda contraria de la que se iniciara la jugada. Y en la primera mitad la planificación salió bastante bien.

Eso sí, los locales aprovecharon la inercia de todo anfitrión que se precie para asestar sendos sustos en los compases iniciales del choque al marco de Campos.

Primero fue Àlex Pla, el mejor del partido —dio un recital de cómo manejar un centro del campo—, quien en el minuto seis conectó un trallazo desde fuera del área que se marchó fuera cerca de la escuadra, mientras que en el 11, tras un centro desde la derecha de Salva, el escurridizo Argilaga se coló en el área para mandar un testarazo al larguero, el primero de la matinal.

Dos sustos que espolsaron la pereza inicial al conjunto orellut, que dio un paso al frente y comenzó a mandar en el juego.

La salida de balón tuvo fluidez tanto por Satrústegui como por Verdés, mientras que Carles Salvador y Calavera ejercían de conductos para que el balón le llegara a Rubén Díez, ese organizador de juego abierto a banda que cada semana tiene el Castellón.

En esta ocasión fue partiendo desde la derecha, siendo Javi Serra el que jugó en la izquierda del centro del campo.

Con el paso de los minutos, los castellonenses recogieron sus frutos en forma de ocasiones. La primera, en el minuto 21, acarició el gol tras un gran pase de Muguruza a la espalda de los centrales locales, que pinchó cual crack César Díaz para plantarse solo ante el meta local Andrés, pero su vaselina salió alta cerca del larguero.

Fue el preludio del tanto albinegro, a la postre el de la victoria, en el que Javi Serra fue el protagonista. El valenciano recuperó un balón por la izquierda, cambió la orientación a la derecha para que Muguruza colgara el esférico al área... el portero del Prat despejó mal el balón y fue el propio Javi Serra el que puso la cabeza para anotar el 0-1 a placer.

Un tanto que hacía presagiar un triunfo cómodo ante un rival que apenas había inquietado y que se esperaba que, como todos los conjuntos que están en descenso, fuera desesperándose y bajara los brazos a medida que pasaran los minutos.

De hecho, el lateral izquierdo Víctor García pudo hacer el 0-2 antes del descanso, con una galopada por su flanco cuyo tiro cruzado en diagonal salió lamiendo el poste del marco local.

PANORAMA DIFERENTE // La segunda mitad fue una pesadilla para los albinegros. El duelo pasó de ser un mediodía soleado a un inicio de tarde oscuro, gris y con una tempestad llamada el Prat. Cano dio descanso a Calavera —explotado en los últimos encuentros— dando entrada al siempre expeditivo Rafa Gálvez. El míster de los castellonenses buscaba más músculo en la medular, pero ni con esas. El Castellón desapareció.

El balón apenas duraba cinco segundos a los orelluts, los centrales no encontraban a los mediocentros y a Rubén Díez no le llegaron balones para crear. El esférico quemaba, las ideas brillaban por su ausencia y el despejar balones era la única alternativa.

Una presión local que fue en aumento paralelamente a la cantidad de ocasiones que los barceloneses generaron sobre el marco de un Álvaro Campos que fue el héroe del encuentro. En especial en un par de intervenciones a sendos cabezazos de Guiu, así como a dos trallazos de Argilaga y Àlex Pla. Incluso hubo dos largueros, uno del citado Argilaga y otra, las más determinante, en el minuto 90, con un testarazo de Chabboura que tras tocar en el larguero desvió a córner el meta.

Al Castellón le salvó la campana, bueno el larguero y también su cancerbero. Al contrario de los duelos ante el Nàstic y el Ejea, la suerte no le dio la espalda a un conjunto albinegro que se afianza en la zona de play-off de ascenso y que tras nueve jornadas que se llevan disputadas continúa invicto.

Eso sí, Óscar Cano tendrá que darle una vuelta de tuerca tanto a su once, ya que el equipo se funde físicamente en las segundas partes, como a un estilo de juego en el que los rivales comienzan tomarle la medida.