Estamos entrando en lo que ya se conoce como la Cuarta Revolución Industrial, la era de la robótica, la inteligencia artificial y la datificación. El Big Data almacena millones y millones de datos cada segundo de nuestra vida. Desde nuestros hábitos alimenticios, la ropa que vestimos, nuestras aficiones, dónde viajamos, cómo nos movemos, nuestras conversaiones más privadas, todo queda registrado en los buscadores y en los cientos de APPs que rellenan nuestros smartphones. Claro, también saben cuál es nuestra pasión y el equipo de fútbol que nos ocupa. La Big Data se halla en posesión de todos lo datos que construyen nuestra existencia. Es tal el volumen de información, que resulta imposible codificarla. Salvo para los algoritmos que utilizan los procesadores para descifrar esos datos.

El algoritmo debe haberse vuelto loco con el CD Castellón. La temporada pasada procesaba una larga lista de datos en clave de candidato al ascenso, con los mensajes del que era propietario y marcaba que otro objetivo que no fuera el ascenso era un fracaso. Incluso el presupuesto era de los más altos de la categoría y cuando los datos se referían al número de asistentes a Castalia entraba en conflicto porque se le mezclaban con algunos de Primera y la mayoría de Segunda. Después jornada a jornada, se le veía en puestos de descenso y el algoritmo se volvía tarumba. El Castellón continuaba engañando al algoritmo, que ya acabó en el manicomio de Reus cuando logró la permanencia después de haber acabado su último partido, unos cinco minutos más tarde.

Y esta temporada más de lo mismo. Era un año de transición. Mensaje prudente del presidente. Presupuesto más bajo. El algoritmo recibía datos y datos más prudentes. Los procesaba y no cuadraba. De ser colista a codearse con los de arriba. Eso sí, los datos que cuadran siempre son los de la grada. Entradas que le hacen reprocesar y reprocesar, porque no se ajustan a las aforos de Segunda B ni de cerca. El algoritmo debe considerar que estos del Castellón son de otro planeta. Y ayer más de lo mismo. Partido cómodo. Los albinegros tienen el balón. El Ejea no llega al área. Todo controlado en la primera parte. Pero los partidos duran ahora hasta noventa y tantos minutos. Y aquello del penalti en el 92 que tantas veces hemos oído, ese chiste fácil que tantas veces usamos, se hizo realidad pero esta vez en contra. Y el rival se llevó un punto que ni el mas desfasado de los algoritmos le hubiera dado. Fútbol. Sin más.

DETALLES DE CLUB SEÑOR

El CD Castellón es hoy circunstancialmente un equipo de Segunda B y con escasos recursos. Pero la modestia no va nunca reñida con hacer las cosas bien o trabajar para ello. No es la primera vez que expreso mis elogios hacia el ingenio de los que llevan las riendas del marketing y que año a año se las ingenian para darle una vuelta a la imaginación. Algo harán bien cuando Castalia registra entradas de casi 12.000 de promedio, aficionados acuden al campo con la camiseta albinegra con el nombre detrás de los jugadores, como si fueran un club de Primera División o suman más de 13.000 abonados. Y por Castellón hay niños que juegan en la calle con los colores albinegros. No es fácil porque el Castellón no inunda las imágenes de las pantallas de televisión como hace cualquier equipo de la élite, por modesto y humilde que éste sea.

Siempre he dicho que las personas con categoría muestran un comportamiento similar con el poderoso que con el humilde. Y me llegó al alma el detalle, uno más, que tuvo Vicente Montesinos al entregarle al sempiterno utillero albinegro Eliseo Ramos el carnet de socio número 13.000. El Castellón ha rescatado el señorío.

AMPLIACIÓN, EN PROCESO

La necesaria ampliación de capital ya se halla en la probeta y lista para ser presentada en sociedad. El Castellón sigue teniendo problemas económicos, aunque su deuda está pautada, pero necesita recursos. Siempre he dicho que la locura de Montesinos sacó al club en su momento de la desaparición, pero el actual máximo accionista no podrá emprender solo los retos que se le presentan al club albinegro para alcanzar su Centenario en el fútbol profesional, pero sobre todo construyendo esa Ciudad Deportiva que necesita urgentemente para crecer y desarrolarse como club. No le dejen solo.

¿Vuelve Bruno Soriano?

El Villarreal está llevando con mucha discreción la posible vuelta de Bruno Soriano. En esta ocasión comparto ese sigilo. El de Artana podría volver a entrenar con el grupo en los próximos días. No sé si esta vez será la definitiva, pero sí sé que me encantaría volver a ver a Bruno en un campo de fútbol. Un jugador de su talla no puede dejar este deporte de otra forma que no sea vestido de corto. Ojala sea así.