El Castellón que lleva más el sello de Sergi Escobar es, curiosamente, el que se ha visto en Castalia, en los dos encuentros, de los seis que lleva a los mandos del primer equipo. Dos encuentros en casa, dos 1-0. Ahí, en esos seis puntos, se ampara el almazorense, cuyo discurso choca con el de su antecesor. No disimula nada incluso en las ruedas de prensa, con expresiones del tipo «ganar por lo civil o por lo criminal» o «perder tiempo forma parte del juego y es algo lícito». El Alzira, como La Nucía dos semanas atrás, se topó con la versión más pragmática del Castellón. Esta vez, el gol llevó la firma de Javi Rubio en el principio de la segunda parte. Luego, nadar y guardar la ropa, apretando los dientes en un tramo final de nuevo disputado en inferioridad por mor de una expulsión. Eso sí, tras un primer tiempo en el que mereció más que el resultado inicial

Escobar, en el primero de los dos encuentros que verá en la grada, se vio forzado a presentar un once irreconocible, con jugadores poco habituales (como Abraham, Guinot o William), algunos de ellos fuera de su posición natural (Luismi se mudó al lateral derecho, Arturo recordó viejos tiempos como mediocentro).

Todo planteamiento, por parte de unos y otros, pudo cambiar al segundo minuto, cuando el brasileño dejó a Cubillas en un mano a mano idóneo que el ariete, incomprensiblemente, falló a la primera y, más encimado por el portero Dolz, a la segunda.

El Castellón desperdició otras dos ocasiones inmejorables antes de la media hora. Guinot, apareciendo desde muy atrás en un libre indirecto, remató con excesiva potencia en una situación inmejorable. Poco después, un Javi Rubio generoso en el esfuerzo y criterioso con el balón, estrelló el esférico en el travesaño.

LESIÓN DE PEDRA // Algo cambió en el minuto 30. Y ese algo fue la lesión de Pedra (a expensas de las pruebas, podría estar tres o cuatro semanas de bajas; o sea, otro que cae). Los orelluts, mientras Iván Sales aceleraba el calentamiento necesario en una noche tan fría, estuvieron cinco minutos en inferioridad numérica, lo que aprovechó el Alzira para tener el balón y alejarlo de su propia área. Ya 11 para 11, contabilizó el primer remate con peligro. Cristian Herrera, máximo realizador del grupo (llevaba siete jornadas seguidas marcando), exhibió que arma la pierna con rapidez, pero Zagalá, auxiliado por Dealbert, alejó el peligro.

El Castellón recuperó el brío tras su paso por el vestuario, que demoró incluso algún minuto más. El 1-0 no llegó por fútbol, pero llegó. Javi Rubio, capaz de aparecer por cualquier zona del campo y resolutivo, enganchó un rechace producto de la porfía entre Cubillas y un central azulgrana. Corría el minuto 49 y, tres después, William volvió a dejar solo a Cubillas con Dolz, que nuevamente le ganó la partida.

A DEFENDER // El 2-0 estuvo ahí, pero... El Alzira dio un paso al frente y el Castellón, uno atrás.

Zagalá también hizo méritos con una segunda parada ante Cristian Herrera. Ahí se acabó todo el peligro de los de Fernando Gómez Colomer porque, afortunadamente, era un dominio estéril, pero con la apretura del marcador, un lujo que Castalia esperaba no acabar pagando.

La cosa se complicó cuando Amine, que no llevaba ni media hora en el encuentro, era expulsado (por doble amarilla) en el 85, que, con el descuento de propina de cinco, abría un resquicio para la esperanza a un Alzira que tocaba y tocaba, pero sin verticalidad. El cansancio aparecía por doquier (Pedra había arrastraba molestias del domingo y Cubillas fue relevado antes de tiempo), no solo por el poco tiempo transcurrido desde el duro encuentro del domingo en Orihuela, sino porque volvía a tocar jugar en inferioridad numérica, esta vez con un desenlace satisfactorio.