El Castellón, con muchas bajas pero cero excusas, comparece esta tarde (17.00 horas) en Sedaví, donde aguarda el que, para muchos futbolistas albinegros, es el campo más pequeño en el que han jugado nunca. Lo hace, además, sin red de seguridad, obligado a descontar los tres puntos que le separan de los play-off, con seis finales por delante.

Calleja dispone otra vez de Lolo Ivars, una vez cumplida su sanción. Sin embargo, no cuenta con Abraham (operado esta semana, no reaparecerá hasta la próxima temporada), Yagüe, Guille Vázquez, Álex Salt y Pedra. Con molestias, Javi Zarzo y Joao forman parte de la convocatoria de 17, en la que Álex López es el único integrante del primer equipo ausente, pues el entrenador cántabro sigue apostando por Juliá.

LA ADAPTACIÓN // Después de una semana más rocambolesca todavía --lo deportivo se ha mezclado con lo lúdico, pero también con ese suspense inherente a estos días inciertos que vive, o más bien padece, el albinegrismo--, a los orelluts no se les permiten vacilaciones en Sedaví, so pena de sufrir una avería que les distancie aún más de su objetivo. «Será un partido muy duro, con mucha disputa y poco fútbol: mucho balón parado, saques de banda…», contempla Calleja, quien recalca que «ya sabemos a dónde vamos, que hay que adaptarse».

Esa aclimatación tendrá su translación al once, con los dos nueves en él (Fonte y Esaú), seguramente sacrificando a Javi Zarzo y Chema para que además de Ximo Forner y Clyde en el doble pivote, Marenyà y Lolo Ivars (el especialista a balón parado) aporten en esa doble faceta de defensa-ataque. «En un campo de esas características, las bandas no tienen profundidad pero sí mucho trabajo, por eso quiero a jugadores de pelea», desarrolla Calleja.

Para el técnico, es inasumible sumar tres meses sin ganar fuera: «Es el debe del equipo». «Esta plantilla, compitiendo en otros campos, estaría mejor clasificada, pero es un momento en el que no valen las excusas», esgrime.

«Es un partido clave», refuerza su idea, para cambiar la tendencia. «Nosotros hemos perdido cuatro de nuestros últimos seis partidos. Se podía perder en Alzira, pero no en Castalia contra el Torrevieja, ni en Silla, después de habernos puesto 0-1. «Eso tiene que cambiar», esgrime Calleja, entre el deseo y la orden.