El CD Castellón regresa a casa, vuelve a Castalia. Aunque, de momento, únicamente sea para entrenar, ya es un alivio para Óscar Cano, después de un verano especialmente cargado de kilómetros, no solo para disputar los ocho amistosos programados, sino para lo básico, para el día a día, para encontrar terrenos de juego en los que desarrollar con normalidad los entrenamientos, dada la endémica y secular falta de instalaciones propias.

El próximo jueves, el Castellón se ejercitará en el estadio. Lo hará todavía con operarios rematando las obras que han impedido el uso del coliseo albinegro desde el final de la pasada temporada, pero regresará a su hábitat, con la comodidad de hacerlo en el hogar, sin necesidad de trasladarse a bastantes kilómetros de la capital de la Plana, para descanso de las castigadas articulaciones y músculos de los jugadores en una etapa tan temprana de la temporada. Lo dicho: un alivio.

A expensas de si Castalia está a punto para el 1 de septiembre (primer encuentro como local, frente al Mestalla), será la primera vez que el técnico granadino y los supervivientes de la pasada campaña pisen en terreno de juego en el que celebraron, el 19 de mayo, la salvación. Es decir, se cumplirán casi tres meses.

Desde el regreso al trabajo de los albinegros, el 17 de julio, el Castellón se las ha visto y deseado para un normal desarrollo de la pretemporada. Un problema con el terreno de juego de Marina d’Or retrasó su uso unas semanas, de ahí que hubo que buscar campo... en la Ciudad Deportiva del Valencia en Paterna. Además de las instalaciones en la Ciudad de Vacaciones de Orpesa, los albinegros también han ejercido en el Javier Marquina del Grau de Castelló y el Pinar, así como la visita, la semana pasada, al Santa Anna de Catí (es decir, 150 kilómetros, entre ida y vuelta).

Hablando de kilómetros, el Castellón ha tenido también que peregrinar en busca de escenario y rivales. Los albinegros han limitado sus apariciones en la provincia a los amistosos iniciales en los feudo del San Pedro y el Saltador de l’Alcora; a partir de ahí, dos desplazamientos a Teruel, tres más a la provincia de Valencia y el remate final en la de Alicante, donde pondrán el sábado el punto y final a la pretemporada más viajera de los últimos tiempos con el enfrentamiento contra el Alcoyano en El Collao.

Tampoco ahí lo ha tenido fácil. La cara de Cano y los jugadores el domingo, a la llegada a las instalaciones que la escuela Cracks tiene en San Antonio de Benagéber (Valencia), era un poema. Importó más que nadie cayera lesionado contra el Ibiza, que cualquier otra cuestión técnico-táctica.

IR A LO SEGURO // Así, en previsión de que mañana se encontraran con un escenario similar en los campos de hierba natural de la Masia la Grava (remoto lugar situado en la localidad valenciana de El Puig, donde el Castellón se había citado mañana con el Atlético Levante), albinegros y granotas han optado por ir a lo seguro: jugar en la Ciudad Deportiva Buñol, adelantando el horario de las ocho a las 19.30 horas.