El CD Castellón ha celebrado una comida de hermandad, sufragada por Torre La Sal 2, uno de los principales patrocinadores del club (su logotipo aparece en las camisetas del equipo). Directiva, cuerpo técnico y plantilla se han desplazado hacia el complejo de ocio ubicado en la Ribera de Cabanes, con el fin de hacer piña cara al ya cercano estreno liguero en casa, que será este domingo (19.00 horas) frente al Buñol.

Los albinegros, que vienen de debutar esta temporada con una victoria en el campo del Elche B (0-1), se han conjurado para que este año, marcado por la ilusión y los más de 9.300 socios, sea el del regreso a Segunda B, que ponga fin a siete años consecutivos en Tercera.

Dos 'tocados'

En lo deportivo, el Castellón ha reanudado los entrenamientos pendientes de Arturo Navarro y Jordi Marenyà, que arrastran molestias derivadas de la dureza empleada por el filial franjiverde en la Ciudad Deportiva Díez Iborra.