Se las prometía muy felices el Castellón contra el colista. Tenía motivos para ello. Durante la era Ramírez, sus números eran casi inmaculados -nueve victorias, un empate y una sola derrota-, lo que contrastaba con la dinámica de un Acero que tiene pie y medio en Preferente después de encadenar 11 derrotas seguidas. Sin embargo, en Castalia todo puede pasar y esa zona Cesarini que tantas alegrías había dado al equipo albinegro hasta la fecha, ayer se tornó en su contra, volando dos puntos en el último minuto que ya se están echando de menos.

No estuvo cómodo el Castellón desde el minuto 1. El Acero planteó -como era de esperar-, una barraca acorde con su situación. Dos líneas muy juntas y muy pobladas que entorpecían la circulación del balón entre líneas de un equipo albinegro muy superior sobre el papel, que fue angustiándose conforme pasaban los minutos y no podía romper el 0-0 inicial.

La primera mitad del conjunto de Kiko Ramírez quizá fue la peor desde la llegada del técnico a Castalia. Imprecisiones, nervios y despropósitos de un Castellón que llevaba la iniciativa, pero apenas ponía en aprietos a un meta rival ávido de protagonismo.

Y eso que Charly Meseguer la tuvo al poco de arrancar el partido. Y eso que Antonio, una vez más, puso en continuos aprietos a la defensa rival y, una vez más, solo le faltó el gol. Y eso que la nueva defensa de circunstancias, sin Álvaro Campos, Juanra ni Jesús López, apenas padeció para defender sus dominios. Pero no había manera; ayer no era el día.

CAMBIO DE TODO // El técnico albinegro, consciente de la importancia de los puntos antes de jugar frente a Ontinyent, Borriol, Saguntino, Alzira y Villarreal C, movió ficha en el descanso. El recién llegado Tariq y Jorge Giménez -gran segunda mitad la suya-, entraron en el minuto 46, cambiando así el sistema el Castellón, que pasó del tradicional 4-2-3-1 al 4-4-2, con la doble M -Marenyà y Meseguer-, en la sala de mandos.

Tariq pudo estrenarse como goleador en su primer balón, y también la tendrían posteriormente Antonio, Pruden o Meseguer, pero tuvo que ser Guille Vázquez quien adelantara a los suyos.

Una jugada por la banda derecha -Dani Pujol y Jorge Giménez percutieron una y otra vez por este costado-, acabó al fin en las redes de la portería de Oumar.

JARRO DE AGUA FRÍA // El Castellón había hecho lo más difícil y a falta de un cuarto de hora del final, ya muchos en Castalia cogían sus bártulos y se dirigían a preparar la paella dominical. Faltaba la traca final... Álvaro Gómez fue al suelo para robar un balón en el área -quizá con más ímpetu del deseado-, y aunque tocó balón, el árbitro señaló penalti. Seral no perdonó desde los 11 metros y para colmo el Acero enervó con su celebración a una grada que estaba ya para pocas bromas. H