Ha llovido mucho desde que Roberto Bautista pisó por primera vez el All England Club. Rober se crió como tenista en el polvo de ladrillo de las pistas del Club de Tenis Castellón, pero supo adaptarse enseguida a la hierba, a pesar que tuvo que comprarse sobre la marcha unas zapatillas con pequeños tacos para agarrarse perfectamente al césped tan solo unas horas antes de disputar su primer ITF júnior de grado 1 de esta superficie, en Roehampton, igual que cuando destacaba como futbolista con la camiseta del Villarreal CF. Llegó a la final y se lo hizo pasar mal al número uno del mundo, Timothy Baker, perdiendo con un apretado resultado. Hoy, a partir de las 14.00 horas de España, jugará unos cuartos de final de un Grand Slam en la pista número 1 de Wimbledon frente al argentino Guido Pella. Las otras eliminatorias las disputarán Nishikori y Federer, Querry y Nadal, y Djokovic y Goffin, cuyo ganador se medirá a quien se lleve el partido que juegan Bautista y Pella.

EL PARTIDO DE SU VIDA // El antepenúltimo partido más importante de su vida, porque soñar con jugar la final no es una quimera en estos momentos. Hace apenas seis meses ya estuvo cerca del top-4 de uno de los cuatro grandes del tenis en Melbourne. Rober ha ganado en fuerza mental y ya no se marcha de los partidos cuando le van mal dadas, como le sucedía hace unos años. Su tenis ha ganado muchísimo en solidez, apoyado en una derecha prodigiosa y en una pasmosa frialdad, que compagina con un corazón caliente en la pista, y que le convierte en un oponente duro y correoso para cualquiera.

METÓDICO Y ESTRICTO // Metódico y estricto en el cuidado de sus hábitos alimenticios. Su rutina diaria no ha variado mucho, porque vive por y para el tenis. Tímido y hombre de pocas palabras, Rober prefiere hablar en la pista y no es amigo de estar en el epicentro de los focos mediáticos. Él ha elegido ese camino desde sus inicios cuando era un niño que se debatía entre la raqueta y las botas de fútbol. Posiblemente, la primera gran decisión de su vida. Esa frialdad aparente no está reñida con un genio y una fuerza especial en la pista. No destaca por un servicio potente, pero su saque no es fácil para el rival. Y, por el contrario, es un gran restador.

Hoy peleará por un puesto en las semifinales de Wimbledon, el único Grand Slam de hierba del mundo, a pesar de que viene de la tierra batida igual que su rival Pella, porque siempre ha sido un tenista polivalente.

EL SUEÑO DE AMBOS // Ambos vivirán su particular esplendor sobre la hierba de Wimbledon. Roberto parte como ligero favorito. El de Benlloc ha ganado nueve torneos ATP, por uno del argentino. Y los dos duelos entre ambos hasta la fecha se cerraron con sendas victorias de Bautista, en el 2017 en Australia (6-3, 6-1 y 6-1) y este año en Múnich (4-6, 6-4 y 6-0).

Castellón estará hoy pendiente de la televisión. En el Club de Tenis Castellón, el salón del club social se prepara para la cita y Mario Molina, su presidente, lo vivirá con orgullo: Rober se hizo tenista en sus pistas. En el cielo, Esther Agut, su madre, vivirá con pasión cada punto… como siempre desde que Bautista era un niño. La dedicación será para ella. Roberto Bautista quiere hacer historia en Wimbledon. Nunca Castellón estuvo tan cerca de la gloria. ¡Vamos, Rober!