Un trago como el del Castellón en La Bòbila, donde se le escapó el ascenso otra vez en los penaltis condenándole a una sexta temporada en Tercera, necesita tiempo para ser asimilado, un tiempo del que el club carece. Los albinegros, que en menos de tres semanas ya estarán en marcha (por el amistoso del día 16 frente al Valencia, preludio del desplazamiento a China), tienen que armar un nuevo proyecto que va mucho más allá de lo deportivo, pero que tendrá su punto de arranque precisamente con la confección de la plantilla y, aún antes, con la elección del entrenador. Porque Kiko Ramírez está cada vez más lejos, ya que el club va a ofrecerle una renovación a la baja. La reunión de todas las partes, hoy, terminará de despejar las dudas respecto al próximo inquilino del banquillo.

El tarraconense tenía una cláusula de renovación automática en caso de ascenso. Sin embargo, es posible que, aun en esas, Ramírez difícilmente hubiese seguido. Las cada vez mayores apreturas económicas del club obligan a nuevas restricciones, que pasan, no solamente, por el técnico.

A partir de septiembre aumenta la cuota mensual a Hacienda, que rondará los 20.000 euros (el doble de esta temporada), por lo que cerca de 250.000 euros del presupuesto de la próxima temporada irá para este desembolso; en caso contrario, el club se expondría a la disolución.

Además, existen diferencias entre el tarraconense y la dirección deportiva encabezada por Ramón Moya, aunque fue éste quien, en octubre, le escogió para relevar a Ramón María Calderé.

GRANDeS NÚMEROS // Es posible que a Ramírez no le valga haberse quedado a un gol (o, menos aún, a un penalti) de subir, de haber acabado la temporada con 13 partidos sin perder, de haber cosechado solo cuatro derrotas...

Jordi Bruixola, uno de los que apuestan por encomendar el próximo proyecto a Ramírez, hablaba ayer, en TVCS Mediterráneo: “Empezamos una nueva era y vamos a hablar con el entrenador”. “Hay que hacerlo rápido, porque el fútbol no te espera. Habrá que ver qué opina el entrenador: sé que él está muy a gusto aquí”, añadió. “No me consta que se haya hablado con ningún entrenador”, apostilló.

Ramírez, que el domingo publicó un tuit con aroma a despedida, escribía ayer otros dos más. Primero: “Para la afición del Castellón: sois mi primera opción, no voy a tirar la toalla y estoy más fuerte que nunca”. Y segundo: “Un orgullo haber entrenado a este gran equipo. Mención especial para Antonio y Luismi: fracasa en que no lo intenta”. H