Se le preguntó ayer a Sergi Escobar por un deseo para el 2018. Lo tuvo claro el entrenador albinegro: «Conseguir el ascenso con el CD Castellón». Para ello, el técnico es consciente de que no se puede fallar en partidos como el de esta noche en Castalia ante el Alzira (20.00 horas, en directo por TVCS Mediterráneo). Y más, después de perder en Orihuela en un partido de infausto recuerdo, saldado con una dolorosa derrota y unas no menos dolorosas tres expulsiones que provocan las ausencias hoy de Kike Ferreres, Jordi Mareñá y Enrique, castigados por el comité con un partido de sanción, que cumplirán por tanto ante el equipo valenciano.

Tampoco podrá contar Escobar con los lesionados Ximo Forner y Juanjo Gracia. La ausencia de este último, unida a la de Ferreres, deja el carril del 3 sin un futbolista natural para esta posición, paunque todo apunta a que Luismi jugará a banda cambiada, dejando el lateral derecho para Abraham. En el resto del equipo, destaca el retorno de Dealbert, que supliría a Enrique, mientras en la medular Guinot tiene muchos números para entrar por Mareñá.

Tampoco podrá ocupar su habitual puesto en el banquillo el propio entrenador, también expulsado en Los Arcos. «Fue una expulsión bastante injusta y es una pena, aunque tendré contacto directo con Héctor —segundo entrenador—. Después de ver el partido en casa aún estoy más jodido porque pasaron cosas muy raras y el arbitraje condicionó el partido, pero hay que pasar página», reconocía Sergi Escobar.

El técnico espera «ganar sí o sí al Alzira, y más en Castalia para dar el último regalo del año a la afición» y no se lamenta por las bajas: «Haremos el once más potente posible ante un gran equipo que viene de ganar al Eldense y no podemos permitir que se nos acerque en la clasificación». Siguiendo con la tabla, admitía que a día de hoy «la lucha por el liderato está un poco lejos y ahora hay que centrarse en distanciar al quinto y al sexto».