El penalti con el que Chema abrió la goleada del viernes al Almazora mantiene el 100% de efectividad esta temporada desde el punto fatídico. Una estadística reseñable, pues el Castellón viene de despedirse del ascenso a Segunda B, las últimas dos temporadas, desde los 11 metros.

Los albinegros suman ocho de ocho, con la curiosidad de que hasta cuatro futbolistas han compartido la responsabilidad de ejecutar las penas máximas. Comenzó Juanfran quien, antes de abandonar el club por segunda vez, metió el 0-2 en Torrevieja (los albinegros acabaron ganando por 0-3, en la novena jornada).

A raíz de la marcha del lateral izquierdo de Altea, Lolo Ivars cogió el testigo, lanzando y transformando los cuatro siguientes, especialmente decisivos los de Orriols y Ontinyent, pues los orelluts se llevaron los tres puntos en ambos encuentros frente a rivales directos por la mínima (0-1 y 1-0, respectivamente). Entre medias, el alicantino tampoco erró ni ante el Paterna (firmó el 3-0 del 4-1 final) ni frente al Almoradí (abrió el marcador de aquel 2-0).

OTRA ALTERNANCIA // Sin embargo, como Lolo Ivars no estaba sobre el terreno de juego frente al Muro (el penalti que significó el 2-0 definitivo fue seis minutos antes de su salida al partido), Chema se encargaba de coger el relevo para mantener el pleno. No obstante, y pese a que éste sí participaba en el Castellón-Torrevieja, Javi Zarzo asumió la responsabilidad para establecer el 1-1 provisional (de poco sirvió, porque el encuentro terminó con un 1-2). El viernes, nueva alternancia: con los dos extremos jugando frente al Almazora, Chema rompió el empate inicial desde el punto fatídico.

El año pasado, el Castellón estuvo a un penalti de ascender (el que hubiese marcado Antonio) y, en el ejercicio anterior, fue eliminado por el Haro en la segunda eliminatoria de los play-off, después de que Rubén Suárez, Castells y Jon Uriarte los fallaran.