Hacía años que el Castellón no cerraba un año natural con unos resultados (deportivos, porque los económicos son de otro cantar) tan llamativos como los que presenta al término de este 2016 que ya concluye. Unos números que, en condiciones normales, le alcanzarían para estar al frente de cualquier clasificación, pero que repartidos en dos ejercicios, separados por una promoción maldita, le hacen ver con prismáticos el objetivo del ascenso. El Castellón ha ganado más de la mitad de sus partidos, apenas ha perdido media docena del casi medio centenar que ha disputado y, prácticamente, los goles que ha marcado doblan los que ha recibido... No obstante, la percepción es que la Segunda División B sigue estando muy lejos aún.

26 victorias y tan solo 6 derrotas

El Castellón ha disputado 46 encuentros oficiales en el 2016 (dejando a un lado el simulacro de fase territorial de la Copa RFEF): 20 de la pasada liga regular, 6 de los play-off y las 20 jornadas completas de la 2016/2017 (no contabiliza el 1-0 provisional en Xàtiva, a expensas de reanudar los 36 minutos pendientes). El balance es de 26 victorias, 14 empates y 6 derrotas, tres con Kiko Ramírez en la segunda vuelta de la 2015/16 (Ontinyent, Torrevieja y Orihuela) y las tres con Frank Castelló en el arranque de este ejercicio, en aquella semana maldita en las que encadenó tropiezos ante Novelda, Ontinyent y Segorbe.

El doble de goles a favor que en contra

Son 72 los goles celebrados (1,56 de media) y 37 los lamentados (0,80 de promedio) en esos 46 encuentros. Con Ramírez, 32 a favor en 20 jornadas más 8 en los 6 compromisos de la fase de ascenso. Castelló, curiosamente, calca los 32 en los 20 encuentros totales de la fase regular. En contra, destacar 18 en la liga regular de la 2015/2016, 5 en los play-off y 14 ya en el actual ejercicio.

Menos movimiento en el banquillo...

Acostumbrado David Cruz a activar frecuentemente la guillotina de Castalia, sorprende que los albinegros solamente hayan contado con dos entrenadores en este año que echa el cierre: Kiko Ramírez en la segunda parte de la pasada campaña (pese a sus intentos de no renovar, le enseñaron la puerta de salida) y un Frank Castelló que, milagrosamente, aguanta contra viento y marea, cuando es vox pópuli la intención del presidente y consejero delegado a sueldo del club de prescindir del bocairentí, que se ha hecho fuerte amparado por el respaldo del vestuario y las 16 jornadas sin perder (racha vigente).

Pero las plantillas, muy volátiles...

Del Castellón que empezó al año al que lo termina, muchísimos cambios. Los albinegros cerraron el mercado, en enero, con bastantes entradas (Arturo, Ebwelle, Juanfran...), pero las lesiones de los delanteros obligaron a incorporar, posteriormente, a Tariq e incluso a Fabiani, cara a los play-off. Sin embargo, solo renovaron y/o continuaron unos pocos y, tras las sonadas despedidas de Arturo o Ramos (ya con la competición en marcha), apenas siguen Guille Vázquez, Marenyà, Jesús López, Fonte, Sabater y Álvaro. Entre estos adioses y otros en forma de cesiones, lo que llama poderosamente la atención es que la plantilla del primer equipo se haya quedado reducida a 17 efectivos, cuando los últimos años sobrepasaban ampliamente los 20.

Un año montado en la montaña rusa

Deportivamente hablando, el 2016 ha sido un año de emociones fuertes, a menudo encontradas. Arrancó con un equipo que llegó a sumar ocho victorias seguidas (un registro para la historia del club), siguió con las tres sufridísimas rondas del play-off y esa eliminatoria final en Gavà en la que llegó a tener el penalti para subir. Después, el Castellón ha tenido que levantarse, con más dificultades que nunca, pero ha concluido con un vestuario cuyo comportamiento es irreprochable (16 jornadas sin perder), más aún teniendo en cuenta todos los obstáculos que Cruz se empeña en ponerles en el camino. Entre medias, un verano igualmente agitado, con sonadas despedidas. Y, siempre, en los 366 días (ha sido año bisiesto), pendientes de la economía, de los juzgados...