El Castellón va a los suyo y, como el martes frente al Atlético Levante, volvió a dar muestras de su satisfactoria puesta a punto con otro triunfo en casa de un equipo de superior categoría. A pesar de los problemas económicos, de la última salida (Antonio) y de los jugadores de vacaciones forzosas (Carlos López y Meseguer), la plantilla está ofreciendo una respuesta profesional e, incluso, por encima de lo esperado, debido a que las recientes decisiones y las lesiones han dejado a Frank Castelló mermado de recursos. Con todo, el triunfo del Nou Camp de Morvedre (1-2) es un buen estímulo. Para el entrenador, para la afición y para los que quieran seguir arrimando el hombro.

Cierto es que es pretemporada y que el Atlético Saguntino reservó jugadores, pero no hay que olvidar que los romanos no habían perdido ante su público en toda la pasada temporada, sin duda alguna el principal trampolín que les ha impulsado a, por primera vez en su historia, subir a Segunda B. Los albinegros fueron netamente superiores y mandaron durante prácticamente todo el encuentro, tanto sobre el césped artificial como en el marcador. Fonte adelantó a los orelluts a los 3 minutos, el vilafamesino Marc Trilles igualó en el 79 y, cinco minutos después, Chema se fabricó un penalti que él mismo anotó.

La propuesta de Castelló es tan novedosa como su sistema de partida: 3-4-3 o 3-5-2, según la movilidad de sus puntos. Innegociable tres centrales atrás, con dos laterales muy profundos, un doble pivote equilibrado y un 9 de referencia apoyado en el dinamismo de los mediapuntas. Nadie pierde de vista la pelota nunca, porque la circulación es muy rápida, con combinaciones que ya empiezan a destilar un buen ritmo, a un toque, dos como mucho.

Así sorprendió de salida a su rival, con Fonte sacando a relucir su oportunismo para hacer buena una de las múltiples incorporaciones de Ramos, dispuesto a tener un papel más relevante que la pasada campaña. Javi Boix casi empata a renglón seguido, pero lo cierto es que los locales no generaron peligro. El 1-1, de estrategia, fue el único borrón.

Esta vez fue Chema quien mostró sus credenciales en la acción que generó el 1-2. El triunfo pudo ser más amplio, pero Víctor Pino erró un mano a mano. Con todo, el Castellón ya había dejado su tarjeta de presentación. H