Al CD Castellón el fútbol le debía muchas y en La Rosaleda de Málaga llegó anoche parte del perdón. El club de la capital de la Plana culminó la atípica temporada 2019/20 con su ascenso a Segunda División tras vencer en la tercera y última eliminatoria del play-off exprés al Cornellà, y volverá al fútbol profesional diez años después. El curso deportivo que ahora finaliza no solo será recordado por el parón provocado por la pandemia del coronavirus, sino que quedará en el recuerdo de todos los orelluts por ser el año en el que el gigante albinegro, impulsado desde la distancia por su afición, despertó.

Atrás quedan años de mucho sufrimiento, porque la travesía del Castellón hasta llegar a la categoría de plata ha sido larga y, en muchos momentos, dramática. Fue en la temporada 2009/10 cuando una mala planificación deportiva llevó al club de nuevo a Segunda B tras cinco consecutivas a un buen nivel y quedando siempre en la zona media-alta de la clasificación. Pero aquel curso, los orelluts acabaron en la vigesimosegunda posición y a 18 puntos alejados de la permanencia. No se pudo hacer nada y se regresó a la categoría de bronce después de haber estado disfrutando de años de vacas gordas. Pero lo peor estaba por llegar y, justo la temporada siguiente, se vivió el fatídico descenso administrativo a Tercera por impagos a los futbolistas.

A partir de ese momento, el Castellón vivió siete largos y traumáticos años peleando por los campos valencianos con rivales de menor entidad, luchando en los despachos para intentar por todos los medios sanear de alguna forma las arcas del club y combatiendo en los juzgados para ganar la batalla a los expoliadores de Castellnou 2005 SL, precisamente los mismos que supuestamente dejaron caer al club hasta lo más hondo del pozo.

Por fortuna, un gol de David Colomer contra el Portugalete en la fase de grupos de la campaña 2017/18 hizo que la luz de la esperanza volviera a brillar entre los aficionados orelluts con el salto a Segunda B, categoría en la que se ha estado tan solo dos años y que anoche se abandonó gracias al trabajo realizado durante todo el año por un cuerpo técnico y una plantilla muy comprometida, una directiva con las ideas muy claras y una hinchada que, una temporada más, no ha abandonado a los suyos.

No fue por la vía rápida, la de los campeones, como en un primer momento se soñaba, y tuvo que ser a través de la repesca. Pero en el sino del Castellón siempre está el sufrimiento y no podía ser de otro modo.

Los albinegros se repusieron a la primera derrota contra el Logroñés, superaron a la Peña Deportiva en otro intenso duelo y anoche hicieron vibrar a su afición con la victoria ante el Cornellà que permitía cumplir un sueño. Un sueño que fue celebrado no solo en Málaga por los valientes hasta allí desplazados sino en toda la provincia de Castelló, que volverá a ver al equipo orellut en Segunda División.