Cazorla y Niño pusieron al Villarreal en cuartos de final de la Copa del Rey. Una trabajada victoria por 0-2 que tuvo que esperar al tramo final, con sufrimiento, cuando el Rayo Vallecano tenía contra las cuerdas a los de Javi Calleja. Pero este equipo ha aprendido a sufrir y también a competir en una Copa en la que quieren llegar muy lejos, algo que solo se logra con triunfos como el de ayer en Vallecas.

El Submarino estuvo espeso y errático hasta que la varita mágica de uno de los mejores jugadores que ha dado el fútbol español empezó a moverse y a sacar fútbol y fútbol, con la ilusión de otra de las perlas de la cantera, otro de los hijos de Calleja: Fer Niño. Mañana, el Villarreal espera rival en cuartos. Sufriendo pero con paso firme.

La Copa transmite una fuerza especial. El Submarino afrontó el choque de octavos con más seriedad en cuanto al once titular se refiere que el Rayo, que incluyó en su convocatoria hasta cuatro jugadores con ficha de filial y tres de ellos en el once. Por contra, los amarillos presentaron un equipo totalmente reconocible.

En el inicio, el Rayo fue a por todas ante un equipo amarillo demasiado errático e impreciso en el centro del campo. Las numerosas pérdidas de balones e imprecisiones dieron vida a los de Vallecas, que más por deméritos de su rival, que por sus excelencias, pusieron a Andrés Fernández en apuros. Andrés Martín y Joan Montiel contabilizaron hasta cuatro oportunidades para marcar, pero el guardameta groguet mostró sus cualidades.

Los hombres de Calleja no ganaron ni un uno contra uno en ataque y Bacca se convertía en un islote perdido en punta. Hasta el minuto 38, no se gozó de una ocasión para asustar al joven portero rayista, que detuvo un tiro a bocajarro de Ontiveros, después de una buena asistencia de Carlos Bacca. Y poco más. La Copa mantenía al descanso la magia y el suspense que tanto interés le han conferido este nuevo formato. Empate a cero, pero con victoria a los puntos del más débil.

HASTA QUE LLEGÓ CAZORLA / El Rayo empezó como un trueno el segundo tiempo y en menos de diez minutos ya había logrado que Andrés fuera la figura del Villarreal con dos intervenciones más. El Submarino jugaban con la luz apagada y inquietaba al rival.

Calleja tuvo que echar mano de su principal faro para que su equipo reaccionara... y del héroe de Vitoria. La entrada de Cazorla y Fernando Niño le daba más neuronas al Submarino y más músculo y movilidad arriba.

A los tres minutos de entrar en el terreno de juego, el asturiano ya empezó a mover el balón con criterio y a buscar los agujeros en la firme defensa de un Rayo crecido y convencido de que podía meterse en cuartos. Y llegó el gol amarillo después de un pase largo de Cazorla a Ontiveros, quien dejó un balón para Quintillà que viniendo desde atrás conecto un zurdazo que batió a Moro. Golazo pero el VAR anuló la acción por que un pie de Ontiveros.

Y el Rayo tomó aún más fuerza con Vallecas alentando y empujando a su equipo. El técnico amarillo tiró del último recurso ofensivo a 17 minutos del final con la entrada de Chukwueze.

Con Cazorla todo es diferente. El equipo juega de otra manera con él y cuando peor se le estaban poniendo las cosas a los groguets llegó el gol de Fernando Niño. Listo, potente y con cualidades de 9 de futuro se anticipó a la zaga rayista y les robó la cartera con todo el dinero dentro.

Faltaban solo siete minutos y, como en Vitoria, volvió a rescatar a los amarillos, en esta ocasión del KO copero. Dos minutos después, el Mago Cazorla sentenciaba el pase a cuartos. El 0-2 no refleja lo que sufrió el Submarino en Vallecas, pero sí que este equipo quiere la Copa y ha aprendido a competir, aún cuando no tenga su día como ocurrió anoche. El bombo espera al Villarreal.