Santi Cazorla ha puesto fin a su propia Odisea y ha vuelto a sonreír. Lo ha hecho, además, en el club que le llevó a la élite, el Villarreal. El centrocampista de Asturias, que no se sentía futbolista desde la noche del 19 de octubre del 2016, ha vuelto a los terrenos de juego vestido de amarillo y con una sonrisa que vislumbra el arduo camino recorrido para llegar a la recuperación.

A sus 33 años, Cazorla ha vuelto a debutar y no ha dejado a nadie indiferente. Su regreso era esperado por todos: compañeros, afición, familiares e, incluso, rivales. Por eso, cuando en el minuto 67 de partido el tablero de los cambios ha iluminado el dorsal 12, nadie le ha quitado los ojos de encima. Estaba de vuelta. Su juego, el que le llevó a ganar el campeonato de Europa con La Roja de Luis Aragonés, también.

El mismo de siempre

El futbolista del Villarreal, que se lesionó gravemente en un partido de Champions con el Arsenal hace 637 días, ha regresado como si nada hubiera sucedido. Ni las nueve operaciones, ni las infecciones en el hueso, ni el injerto en la piel ni todos los problemas médicos que ha sufrido durante estos 21 meses han acabado con su juego. Vestido de corto y con el balón entre los pies, Carzorla es el de siempre. Por eso, al saltar al terreno de juego en el amistoso contra el Hércules, el asturiano no ha dudado en reclamar el balón una y otra vez.

Pases con la derecha, con la izquierda, asociaciones constantes con los jóvenes de la cantera y sonrisas. Muchas. El resultado y el juego eran lo de menos. No importaba ni si quiera el tanto de Gerard Moreno en su vuelta a casa. Las miradas estaban centradas en Cazorla, que si acaba de culminar una buena recuperación firmará por el club 'groguet'. "Si todo sale bien, las sensaciones son buenas y no hay ningún problema, tendremos en Santi un refuerzo de lujo", asegura el técnico del Villarreal Javier Calleja. El primer paso ya lo ha dado.

Agradecido

Tras el duelo que ponía fin a una larga carrera de lesiones e improvistos, el jugador ha querido agradecer la oportunidad que le ha dado el Villarreal, club que le vio crecer. "Muy feliz y contento por volver a hacer lo que más me gusta. Queda mucho trabajo por delante pero es el primer paso. Eternamente agradecido a la gente por el cariño. Solo por eso ha merecido la pena llegar hasta aquí. Gracias, Villarreal", ha publicado en sus redes sociales.

Y es que, las lesiones han sido una constante en la vida de Cazorla. En 2010 se perdió el Mundial de Sudáfrica a causa de una temporada marcada por las bajas. Posteriormente, en septiembre de 2013, se fisuró el hueso del talón derecho en un amistoso frente a Chile con la selección. Se tardó en recuperar pero volvió. Dos campañas después se rompió el ligamento externo de la rodilla izquierda. Y hace 637 días el talón de Aquiles le obligaba a pasar por quirófano (hasta en nueve ocasiones). Pero las ganas y la ilusión no se las ha quitado nadie. Santi está de vuelta.