Cualquier equipo de Tercera División e incluso de Regional Preferente tiene, a día de hoy, muchos más medios para trabajar que el CD Castellón. El club albinegro, pese a acumular ya seis temporadas consecutivas en 3ª, sigue anclado en el pasado, perdiendo la perspectiva total de la realidad.

Es incomprensible que con jugadores con sueldos inferiores a 1.000 €, la entidad sigue empecinada en que el equipo entrene por las mañanas, como si se tratara de un club profesional.

A partir de ahí, los actuales empleados se las ven y se las desean para intentar salir a flote. Y en el aspecto deportivo, los técnicos y jugadores están sacando petróleo de un club que va a la deriva.

NI SEGUNDO ENTRENADOR // El actual CD Castellón está más en cuadro que nunca. El entrenador, Frank Castelló, podría decirse que está más solo que la una, ya que no cuenta en su supuesto cuerpo técnico ni con segundo entrenador. Tan solo tiene junto a él al preparador físico, Salva Claramonte, y al responsable de los porteros, Sergio Babiloni.

Al margen de los utilleros (Eliseo Ramos y Mariano Moya), el club contaba con un médico, Santiago Rincón, al cual se le recortó su sueldo, por lo que decidió acudir solo a los partidos. Pero ni eso, ya que el pasado lunes abandonó la disciplina del club.

Tampoco el tema de fisioterapeutas, tras la marcha en su día de Raúl Larios, está bien tratado. El fisio oficial solo acude un día presencialmente y el resto de días acuden empleados suyos. Y ello repercute en que jugadores como Álex López lleven tres meses lesionados o Zagalá dos.

Y en vez de abastecer de personal futbolístico al cuerpo técnico, se intentó colocar en el primer equipo a una coach, Susana Fernández, de la cuerda del presidente, a lo que el técnico se negó debido a supuestas injerencias de esta en temas de convivencia en la plantilla. Ver para creer.