Hay fechas que dejan huella. La del 13 de enero del 2018, pese a su cercanía, ya forma parte de la leyenda del Villarreal. Entró en el momento que Undiano Mallenco señaló el final del partido del pasado sábado en el Santiago Bernabéu y el marcador del estadio reflejaba el 0-1 del gol de Pablo Fornals, llegado apenas cinco minutos antes de que se oyeran los tres pitidos secos del silbato del colegiado navarro. Prácticamente 20 años antes de ese momento ya inolvidable para los aficionados del Submarino, el movimiento peñista del club amarillo empezaba a coger forma.

Baño de masas de Roig

El 16 de enero de 1998 Esteban Folgado, presidente de la peña Don Esteban, congregaba en el restaurante Cal Dimoni de Vila-real a centenares de seguidores groguets, todavía en pleno camino hacia el inesperado ascenso a Primera División. Esa noche, conocida como el Espíritu de Cal Dimoni, dio inicio al cierre de filas de la masa social del Submarino con el presidente, Fernando Roig, en aquel entonces con una figura poco arraigada entre los socios y simpatizantes del Villarreal.

La proximidad entre los dos hitos ha motivado una iniciativa para conmemorarlos al unísono. Esteban Folgado, todavía presidente de la peña Don Esteban, aunque en los últimos tiempos en un segundo plano y un tanto apartado de las movilizaciones de la afición grogueta, tiene previsto confeccionar unos azulejos para celebrar tanto el triunfo en el Santiago Bernabéu como el inicio de lo que en adelante sería la Agrupació de Penyes del Villarreal, de la que él sería el primer presidente. La idea es repartir alrededor de 3.000 azulejos —sin descartar ampliar la cifra si la demanda lo exigiera— con los dos motivos, que se encargará de ultimar una conocida empresa del sector cerámico.

Homenaje a los ‘pioneros’

«Lo que queremos hacer es una especie de homenaje tanto para aquellos que iniciaron el movimiento peñista como para los que hemos acudido en infinidad de ocasiones al Bernabéu, algunos ya no están entre nosotros, y casi siempre nos fuimos escaldados. Mira por donde ya no hay ningún campo de los grandes del fútbol español que se nos haya resistido», explica Folgado, uno de los protagonistas del primer desplazamiento al feudo blanco, en la primera jornada de la Liga 98/99. «Pese a jugarse en lunes, fuimos más de mil los que viajamos en tren a Madrid», recuerda el presidente de la peña Don Esteban.

De aquel 4-1, con el primer gol amarillo en la máxima categoría de Gica Craioveanu, al 0-1 de Pablo Fornals el pasado sábado han pasado casi 20 años y muchos sinsabores por el camino. ¿Hay o no motivo para las celebraciones?