Llegó la hora de la verdad. Atrás queda un mes de pruebas, el que ha tenido Calleja desde el primer amistoso de pretemporada, el 17 de julio ante el Hércules, para calibrar el potencial de un Villarreal cuya fisonomía ha ido variando este verano con fichajes (Gerard, Ekambi, Funes Mori, Layún, Cáseres), confirmaciones como la de Cazorla, recuperaciones (Pedraza y Nahuel), salidas (las últimas de Cheryshev, Castillejo y Soriano) y regresos como el de Bacca para cerrar una delantera que satisface al máximo al técnico: «No la cambio por ninguna».

A partir de ahora cada acierto dará puntos y cada error los restará. Y para empezar, una Real Sociedad que obligará al Submarino a dar lo mejor de sí para iniciar con victoria un camino que, 16 años después, arranca en Vila-real. La Cerámica (20.15 horas) se dispone a dar el banderazo de salida de una Liga, algo que no sucedía desde el 2002, con ilusiones renovadas, el regreso de una grada de animación y ganas, muchas ganas de fútbol. Lejos queda ya la última aparición del Villarreal ante su afición, aquel fin de fiesta de la pasada campaña igualando un 0-2 ante el Real Madrid.

«El primer partido siempre suele costar un poco más», advierte Calleja antes del choque frente a un rival directo para repetir presencia europea la próxima temporada. Pese a los vaivenes de esta recta final de mercado, está convencido de que cuenta con los mimbres necesarios para comenzar con buen pie. «Con lo que tenemos, hay garantías de sobra para un gran partido», sostiene Calleja, que, si acaso, solo pediría al club un último esfuerzo para reforzar el mediocentro, lgo mermado con las bajas de Bruno y Fuego —«es la zona donde menos jugadores tenemos para afrontar tres competiciones», reconoce—, a los que se unirán esta tarde Bonera —por problemas físicos— y el sancionado Nahuel.

La marcha de jugadores capaces de abrir el campo —Samu o Cheryshev— no parece trastocar los planes del míster, que busca un Villarreal con más poderío por la zona central, esperando que laterales y delanteros den la amplitud al campo cuando el equipo lo necesite. «Tenemos recursos para esas posiciones», tranquiliza Calleja, que tiene «clarísimo» su planteamiento para abrir la Liga. Y en él entra Cazorla, «con muchas opciones de ser titular». Y junto al asturiano, pocas dudas. Acaso la del dibujo —rombo o 4-4-2 con doble pivote— o la identidad de la zona izquierda de la defensa, donde tiene que elegir entre Funes Mori o Víctor Ruiz como centrales y entre Pedraza y Costa en el lateral.