Los pequeños detalles nunca son pequeños, porque en ellos estriba la grandeza de la diferencia entre lo bueno y lo mediocre. El Villarreal no podía traerse en un camión con destino a Austria el verde tapiz del Estadio de la Cerámica, porque es materialmente imposible. El campo anexo al hotel Panorama Royal donde entrena el equipo groguet desde el pasado jueves, en el inicio de la estadía de 10 días en Bad Häring, se veía tan verde por fuera como irregular por dentro. Se podría decir que para un equipo de categorías regionales de Austria estaríamos ante una tupida alfombra, pero para un club profesional de una de las mejores ligas del Viejo Continente no pasaría de un más que discreto terreno de juego.

Por suerte para los hombres que están en estos momentos a las órdenes de Javier Calleja en la pretemporada el Villarreal detectó el problema en una de las visitas dedicadas a inspeccionar las instalaciones, la efectuada por el director general del club amarillo, Federico Alcácer, junto al responsable máximo de todos los campos de fútbol del Submarino, Vicente Alpuente.

La solución del club

El complejo hotelero, el emplazamiento y todo lo que rodeaba al lugar donde iba a permanecer alojado el equipo cumplía con todos los requisitos necesarios para estar cómodos durante el periodo de concentración en Bad Häring, pero se debía mejorar el estado del terreno de juego. ¿Qué se podía hacer al respecto? Pues la solución que se sacó de la manga el Villarreal fue desplazar hasta el emplazamiento en el Tirol austriaco a Sebastián, uno de los hombres encargados de mantener los campos de fútbol de la Ciudad Deportiva del Villarreal, en Miralcamp, y el Estadio de la Cerámica en magnífico estado. Y hasta allí se desplazó este experimentado jardinero, natural de Uruguay, 15 días antes de que la expedición amarilla se desplazara hasta Bad Häring para trabajar durante 12 horas diarias.

La misión de Sebastián estaba más que clara: convertir el campo donde iban a trabajar los amarillos a finales de julio en un césped digno de cualquier estadio de la Primera División española. Sebastián no solo tuvo que poner en marcha su habilidad para mejorar el campo. Incluso tenía que velar para que ningún equipo tuviera la tentación de ponerse a entrenar en él. No en vano, el hotel en el que se encuentra alojado el Villarreal y sus instalaciones anexas han dado cobijo hasta a cuatro equipos de fútbol de diferente procedencia: Bulgaria, Alemania e Inglaterra, uno de ellos el Watford.

Objetivo cumplido

Los jugadores del Villarreal se están sintiendo como en casa gracias a la labor del cuidador de césped del club, pero también por la fuerte ola de calor que ha convertido el centro de Europa en una réplica de las altas temperaturas más propias de África durante estos últimos días.

Sebastián obró el milagro de transportar el terreno de juego del Estadio de la Cerámica hasta Austria, sin ruedas, solo con trabajo y más trabajo. «¿Cuánto tiempo nos durará el césped así?», le preguntó un jugador amateur del club local, totalmente alucinado por la milagrosa transformación del terreno de juego obrada por Sebastián. El jardinero uruguayo le miró incrédulo y sonrió, porque la respuesta era más que obvia. Todo dependerá únicamente del mimo y cariño que le den los nuevos usuarios al césped una vez que el Submarino abandone las instalaciones del hotel Panorama Royal. El de ofrecer el mejor escenario de trabajo posible a sus jugadores es otro pequeño pero gran detalle del Villarreal.