Una derrota que tardaría días en digerirse quedará asimilada en horas. No tiene el tiempo el Barça para fustigarse con la pérdida del clásico. El Camp Nou reabre las puertas mañana para recibir al Atlético, el visitante de la Champions. “El partido con el Madrid ya no existe”, dijo Luis Enrique. El mensaje era claro: fue un partido para olvidar con la intención de que no distorsione la cita europea. Serán dos encuentros cara a cara, el primero en casa, ante el último rival que le echó de Europa. El Barça de Tata Martino sucumbió ante el ya Atlético de Simeone hace dos temporadas. En Europa primero (1-1 en el Camp Nou, 1-0 en el Calderón) y en la Liga después, con el 1-1 de la última jornada ante las narices de la hinchada azulgrana.

CAMBIO de equipación // Pero el Barça de Luis Enrique no es el mismo. No conoce la derrota en seis enfrentamientos ante Simeone. Seis victorias. Todas por la mínima menos la primera (3-1). En una semana (mañana y el miércoles, 13) llegan los dos próximos episodios. De nuevo en cuartos de final y con el mismo orden de partidos. La mayor diferencia, de entrada, será que la UEFA ha ordenado a los dos clubs que vistan con sus segundas equipaciones para mejorar la visibilidad. El Barça lucirá el uniforme amarillo, con la senyera en la espalda, y el Atlético jugará de azul. Luis Enrique dijo haber olvidado el clásico (“ya no hay dolor”), pero el partido requería una revisión exhaustiva. Entre otras razones, porque el cariz defensivo que presentaron los blancos le acercó mucho al perfil característico de sus rivales ciudadanos. “El Madrid se encerró para buscar las transiciones”, dijo el técnico azulgrana, aludiendo a los contragolpes que el Barça no supo impedir y que, al final, le costaron el triunfo. “El Atlético defiende muy bien y presiona muy bien”, dijo poco después, dando a entender que deberá instruir a sus hombres para que no repitan errores. H