Chile buscará hoy (20.00 horas) el tercer título internacional de su generación dorada ante una Alemania, cuya apuesta por los jóvenes ha sido todo un éxito, y regresa a una nueva final.

La Roja y la Mannshaft ya se habían visto las caras en la primera fase del torneo, en el que sudamericanos y germanos empataron a uno. Los dos equipos han evolucionado desde entonces, aunque en ese partido quedó claro que tanto chilenos como alemanes apostaban por un fútbol abierto. Pese a ello, los chilenos no han sido capaces de ganar ninguno de los tres últimos partidos en los 90 minutos reglamentarios -a Portugal la eliminaron en semifinales en la tanda de penaltis-. Por su parte, el rival es el campeón mundial, pero los chilenos no quieren desaprovechar la ocasión de alargar su racha, ya que ganaron las dos finales anteriores ante la Argentina de Leo Messi en la Copa América.

En caso de ganar la Copa Confederaciones -lo que les convertiría, según Vidal, «en el mejor equipo del mundo»-, nada les impedirá soñar con hacer algo grande en el Mundial de Rusia del próximo año. La mejor noticia para Pizzi es que Bravo ha vuelto a lo grande, tras perderse los dos primeros partidos del torneo fue el héroe de las semifinales.

Independientemente de quién gane la final, el experimento de Löw ha dado resultado, ya que jugadores como el propio Goretzka, Werner o Brandt han crecido en dos semanas hasta convertirse en jugadores de primer nivel.

El equipo que gane la final inscribirá por primera vez su nombre en un torneo que fue ganado en cuatro ocasiones por Brasil, cuyo legendario delantero, Ronaldo Nazario, será el responsable de llevar la copa al estadio.