A la espera de que no se crucen sus caminos en la Champions, la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey depara el clásico de mayor trascendencia para un Real Madrid que se juega ante su eterno enemigo dos competiciones en cuatro días, en tanto que el Barcelona que quiere extender su dominio en la competición (21.00 horas, La 1). Sin embargo, para alcanzar una nueva final, parte con ligera desventaja, a raíz del 1-1 del Camp Nou.

Dejará huella el clásico, marcado de nuevo por la polémica del VAR y las supuestas ayudas arbitrales, ahora en favor de los blancos. El Real Madrid sí ha concedido este año importancia al torneo del KO como el camino más corto hacia un título en una campaña marcada por su irregularidad. Sin perder de vista que si quiere discutirle la Liga también, el sábado, en el mismo escenario, también está obligado a ganar.

Para el Barça ha sido una competición que ha ido ganando importancia en su actual edición según fue superando barreras. En principio, la eliminación de la última Champions con el desgaste físico mostrado en Roma, invitaba a no realizar excesos. Pero un grupo liderado por un ganador natural como Messi no entiende de tirar nada. Remontaron ante Levante y Sevilla, así que ahora quieren extender su dominio abrumador copero, con LaLiga prácticamente en el bolsillo.

En una década de asaltos al Bernabéu con recitales de Leo (hasta nueve victorias en 16 encuentros en todas las competiciones por solo cuatro triunfos locales), los de Solari quieren voltear la historia y acceder a la final del Villamarín. Deberá enterrar sus dudas, renacidas de nuevo tras un tropiezo inesperado liguero ante el Girona que cortaba la racha de grandes resultados y buen juego con la que firmó su reacción.

El argentino tomará decisiones que marcarán su personalidad como entrenador. La indisciplina en público de Bale, que se negó a seguir calentando el domingo en el Ciutat de València y a celebrar su gol con compañeros, el de la victoria tras ese penalti pitado a Casemiro que tanta polvareda ha levantado, deja a Solari en una encrucijada. Con Isco no le tembló el pulso, aunque ahora necesita al galés, al que incluso medita incluir en el once.

El Barcelona se acogerá al gran momento de Messi y a su monopolio en la Copa del Rey (cuatro títulos consecutivos) para continuar vivo en su competición fetiche. Valverde recupera a Cillessen y Arthur, pero todo hace indicar que no serán titulares.