Si los ranking tuvieran el mismo valor en el fútbol como lo tienen en el tenis el Villarreal sería el equipo a batir en la Europa League que se inicia esta tarde en el Estadio de la Cerámica (19.00 horas, beIN Sports). En la particular carrera de campeones de la segunda competición continental, el conjunto amarillo, que se estrena ante un Astana que se halla dentro del grupo de clubs emergentes de países con poca tradición futbolística, ocupa el número uno, lo más alto del top, desde que en el año 2009 se remodelara la antigua Copa de la UEFA, convirtiéndola en una especie de hermana menor de la Champions para darle más lustre al segundo torneo del Viejo Continente.

El Submarino manda en el histórico de un torneo con gran tradición española, ya que ha visto tres títulos del Sevilla (2) y dos del Atlético de Madrid (9), también conjuntos instalados en el top 10 de una Europa League que, con la que arranca, hoy suma un total de nueve ediciones. El Villarreal ha estado en cinco de las ocho anteriores para convertirse en el equipo que más partidos ha jugado (54), el que ha celebrado más victorias (30), el que más puntos ostenta en la Europa League (70) y el que más goles ha marcado en la competición (93). De momento, todos estos logros todavía no han permitido al Villarreal llegar al partido definitivo de la competición en la que por dos veces se ha quedado a las puertas de la final, la última en la campaña 2015/2016.

LA CENICIENTA

El number one se jugará hoy los tres primeros puntos de la liguilla ante el que se presenta como, quizás, el rival más asequible del grupo A que completan el Slavia Praga checo y el Maccabi Tel-Aviv israelí. El Astana ocupa un discreto 152º puesto en el ranking histórico de la Europa League y, además, se presenta en el Estadio de la Cerámica sin dos de sus principales referentes, el delantero congoleño Kabananga —no habrá reeencuentro con su compañero en los Leopardos, Bakambu— y el centrocampista húngaro Kleinheisler, ambos internacionales absolutos con sus selecciones nacionales. «Si ellos tienen bajas, nosotros también», lamentaba ayer el preparador de los kazajos, Stanimir Stoilov. El Villarreal seguirá sin poder contar con su capitán, Bruno Soriano, ni con Sergio Asenjo, dos puntales del Submarino que el Astana sí sufrirá en la devolución de la visita, a más de 10 grados bajo cero en la fecha del partido, a finales de noviembre.

CONFIANZA RECUPERADA

Mucho más apacible será hoy el ambiente en el Estadio de la Cerámica, sobre todo después de la última victoria ante el Betis en la Liga, que ha devuelto a la plantilla de Fran Escribá gran parte de la confianza que se fue esfumando con las dos derrotas consecutivas en el inicio oficial de la temporada. Suturada la herida en la competición doméstica, el Submarino no contempla otra cosa que no sea instaurar su tiranía desde el principio en el grupo A para evitar sorpresas desagradables en diciembre, mes al que el Villarreal ha solido llegar en sus últimas comparecencias en el torneo con demasiadas urgencias no solo para sellar el liderato, sino también para certificar su pase a los cruces. Una victoria y, a poder ser, con una buena renta de goles a favor es el objetivo innegociable en el partido de esta tarde, en un horario poco común en España para partidos de competición continental que obligará a los aficionados groguets a hacer un esfuerzo extra para acudir al estadio.

Escribá, como suele ser habitual en los encuentros que el Villarreal afronta como local tanto en la Liga como en Europa, no dará hasta horas antes del encuentro la nómina de 18 futbolistas, pero con los regresos de Mario, Cheryshev y Soriano al técnico valenciano ya le da para conformar un grupo fiable sin tener que echar mano del filial. Consciente de que las rotaciones generalizadas no dieron frutos la pasada campaña, Escribá podría minimizarlas para iniciar con buen pie la Europa League 2017/2018. Tres o cuatro cambios, a lo sumo, es lo que se espera en un once en el que suplentes el pasado domingo como Rúben Semedo, Enes Ünal o Sansone podrían tener hoy protagonismo desde el inicio.

LAS DIFERENCIAS

En el único precedente entre ambos equipos en Vila-real, en la última ronda previa de la edición 2014/2015, el Submarino goleó al Astana con un claro 4-0. Los laterales Mario y Jaume Costa, el mediocentro Trigueros —«han dado un salto de nivel desde entonces», avisa— y Cheryshev serán hoy los únicos supervivientes de aquel partido, el segundo de una eliminatoria que marcó las diferencias reales entre los dos equipos (7-0 para los amarillos en el global).