Tres días antes del comienzo de los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi, el presidente del COI, el alemán Thomas Bach, alabó, en un acto que contó con el presidente ruso, Vladímir Putin, el compromiso del líder del Kremlin con el movimiento olímpico, al tiempo que destacó los esfuerzos que llevaba a cabo su organización en la lucha contra el dopaje mundial. Ayer, el comité ejecutivo de la organización presidida por Bach optó por delegar en las respectivas federaciones deportivas la decisión de permitir o no la participación de los atletas rusos en los juegos de Río de Janeiro, tras hacerse públicas las demoledoras conclusiones del informe McLaren, que acusaba a Rusia de haber diseñado en la cita olímpica de hace dos años un programa de dopaje patrocinado por el mismo Estado ruso.

La decisión del COI quiere decir que, de momento, el veto a los deportistas rusos solo se aplica al equipo de atletismo. En noviembre, la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) excluyó en su totalidad a los atletas rusos de las competiciones oficiales y las apelaciones de varias decenas de ellos han sido rechazadas por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).

El resto de las federaciones deberá examinar, en un periodo récord de 15 días antes del inicio de los juegos, que se inauguran el 5 de agosto, el historial de cada deportista ruso para decidir su participación o su exclusión, en cuyo estudio no servirán los controles antidopaje realizados en Rusia.

Bach justifica la decisión alegando el peligro de que sean castigados atletas inocentes. “Hemos equilibrado el deseo y la necesidad de responsabilidad colectiva con la justicia individual a la cual cada ser humano y cada atleta tiene derecho”, explicó.

La Federación Internacional de Tenis ha sido la primera en dar el plácet a los siete representantes rusos en los juegos. Es muy probable que, además del atletismo, la halterofilia rusa sea excluída.

La decisión del COI constituye un golpe para la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que había defendido una exclusión completa, y ha sido recibida como una victoria en Moscú. El ministro de Deportes, Vitaly Mutkó, ha saludado que el comité olímpico permita la “participación de deportistas con reputación impecable y sin trazas de dopaje”. H