El campo del Albuixech es un campo coqueto, escondido entre una zona residencial elegante en el que cada dos domingos a mediodía se congrega casi un centenar de nostálgicos del fútbol, la mayoría jubilados o familiares. Ayer éramos unos cien, porque una decena llegaron de Alcalà de Xivert, y yo, junto al runner xivertense Fernando Pedrero, de infiltrados.

Partido de Regional Preferente. Mucho calor, sol y el 60% de los presentes en la cantina. De esas vetustas en las que todavía se respira ese aroma a carajillo de antaño... aunque ahora la oferta es más amplia: bollería, bocadillos y un amplio surtido de chuches.

A mi lado, todo el partido, una madre sufridora... de los locales. Tras acabar, con triunfo valenciano por 1-0, la mujer dice: «¡Bien! Mi hijo ha ganado 20 euros». No lo pude evitar. Le pregunté: «¿Que en el Albuixech no cobran un fijo?» «No, lo hacen por punto conseguido», me responde....

Hablamos de un Albuixech que habita en el extrarradio de València y tiene un mar de futbolistas para elegir. Enfrente, en el Alcalà, la directiva que preside Mari Carmen Arnau se ha pasado todo el verano buscando jugadores de la provincia, ofreciendo fijos mensuales de entre 150 y 200 euros. Y de la terreta casi nadie ha querido fichar: «Por ese dinero no voy»; «Alcalà está muy lejos»... El resultado: en el Alcalà juegan 6 colombianos, 2 argentinos, 2 senegaleses, 1 nigeriano, 1 serbio y 1 argelino... todos ellos muy implicados. ¡Ah... y cuatro de la provincia! Juzguen ustedes.