Nada es igual y todo es diferente, aunque parezca parecido. El Villarreal CF solo tiene, a día de hoy, cuatro puntos más en la clasificación que la temporada pasada, pero la situación dentro del vestuario y las sensaciones son diametralmente diferentes. Existe preocupación en la cúpula de mando de la entidad, como no podía ser de otra manera, pero a la vez también tranquilidad y confianza de que los resultados volverán a acompañar al equipo, a pesar de que el calendario no ha acompañado --los designios del VAR mucho menos-- y han penalizado más los errores puntuales que los aciertos.

Un buen síntoma de que existe concienciación para revertir la situación es la reunión en el vestuario la semana previa al partido ante el Atlético de Madrid. La caseta se conjuró para dar un giro de 180 grados a la situación del Submarino. Los pesos pesados del equipo llevaron la voz cantante de una charla que fue tremendamente positiva para el grupo, porque en ella no faltó la autocrítica y el sentimiento de que la actual situación era responsabilidad exclusiva de la plantilla. Los futbolistas mostraron su convencimiento de que este Villarreal tiene que estar peleando esta temporada por los puestos europeos y que se está a tiempo de cambiar la espiral de resultados.

COMUNIÓN TOTAL // La reunión también sirvió para certificar que existe una total comunión con las ideas de Calleja, incluso desde aquel sector del plantel que no está contando con minutos y que, como es lógico, puede alimentar en su interior un sentimiento contrapuesto.

En la charla se trataron temas como la insuficiente actitud en los partidos fuera del Estadio de la Cerámica, además de la concatenación de errores de concentración que se han repetido. Nadie eludió el mea culpa en una autocrítica en grupo que ya tuvo sus efectos positivos con una variación ostensiblemente distinta en el comportamiento colectivo dentro del terreno de juego que se observó ante el Atlético, que también llegaba a Vila-real en una situación difícil puesto que la inversión efectuada por el club madrileño en fichajes esta temporada ha sido muy alta.

La plantilla también celebró una comida a la que acudieron todos los jugadores y técnicos para reafirmar el buen ambiente de grupo que se respira en la caseta. Parte de responsabilidad de ese liderazgo positivo le corresponde a futbolistas que se han ganado el respeto del vestuario por su profesionalidad y positivismo como Raúl Albiol, Vicente Iborra o Santi Cazorla como los mas veteranos, pero sin olvidar a futbolistas de la casa como Gerard Moreno, Mario Gaspar, Manu Trigueros, Sergio Asenjo o incluso uno de los más jóvenes como Pau Francisco Torres, que también cuenta con el respeto de sus compañeros por su personalidad y los años que lleva en el club, así como por su ascendencia sobre el resto.

EL MENSAJE // La respuesta ha sido positiva y el equipo ha salido reforzado como grupo, aunque todos son conscientes de que solamente los resultados retornarán la tranquilidad que necesita el Villarreal, fundamentalmente por la psicosis existente después de la angustia que se vivió la pasada temporada. «Los jugadores somos conscientes de nuestra responsabilidad y de que solo corriendo más se pueden sacar los partidos, pero la concienciación en el grupo es absoluta y lo vamos a sacar adelante. La respuesta del grupo ha sido positiva», aseveraba uno de los futbolistas del plantel a Mediterráneo.

Por ello, todo parece igual, pero todo es diferente. El Villarreal tiene esta temporada un vestuario fuerte. Es cuestión de resultados y de que el VAR también acompañe; de que sus vídeos no se queden congelados cuando hay una imagen de una acción complicada del Submarino.