Alberto Contador y Chris Froome, dos tipos que son los grandes protagonistas, los animados, el que ataca y el que sabe sufrir para salvar un día de perros en una cuesta quizás excesivamente dura como ha sido Los Machucos en Cantabria. El ciclista madrileño pasó a la ofensiva mientras el británico demostró que también es humano porque le dolían las piernas del esfuerzo en la contrarreloj de Logroño. Contador recortó tiempo y sigue soñando con un podio que parece imposible, pero queda el Angliru y 1.21 minutos que necesita recuperar si el domingo, en su despedida, quiere estar en el cajón de Madrid.

Froome tendrá que apretar ante Vincenzo Nibali y no se podrá confiar, aunque tiene no solo su fortaleza si no la consistencia de su equipo, encabezada por la fidelidad de Mikel Nieve, para llegar como triunfador el domingo en Madrid. Contador atacó en Los Machucos donde solo fue superado por el austriaco Stefan Denifl, que ganó la etapa.