El presidente del Villarreal no se marca retos ambiciosos. No hasta que su equipo consolide lo que, año tras año, repite hasta la saciedad, sobre todo desde aquella debacle en mayo del 2012 que ahora parece tan lejana. «El objetivo es no bajar a Segunda; seguir en Primera», dice Fernando Roig a las puertas del primer paso de la próxima temporada: la campaña de abonos que arranca hoy.

Lógicamente, cuanto más grande sea la masa social más sencillos serán de alcanzar los logros para un club que camina hacia su 18ª campaña en la máxima categoría y su 14ª presencia en competiciones continentales.

—Empieza otra campaña de abonos marcada por intentar llenar el estadio cada partido, pero también mirando de reojo esa cifra de los 20.000 socios.

—Lo más importante es la fidelidad y la asistencia al estadio. Seamos los que seamos lo que tenemos que hacer es llenar el campo, y los últimos años la hemos podido aumentar la afluencia. Si después llegamos a los 20.000, que creo que sí que vamos a llegar esta temporada, mejor que mejor. Pero lo importante no es la cifra, sino que cada temporada haya más gente en el estadio en los partidos del Villarreal.

—La estrella de esta nueva campaña de abonados es la súper tribuna. ¿Cree que tendrá buena aceptación entre los socios?

—Esta temporada se mantendrá el precio para los socios VYP, para que lo prueben. El año que viene será el precio definitivo [1.600 euros], un grandísimo precio para lo que se ofrece, una zona noble, importante, una pasada de tribuna en la que vamos a trabajar sin descanso durante dos meses.

—Un paso más para una imagen del estadio y de su entorno que ya nada tiene que ver con la de hace menos de un año.

—Si vemos una fotografía de hace dos años y la comparamos a una actual, no podríamos creer que esto podría llegar a hacerse. Lo mismo pasará con la nueva tribuna y los nuevos palcos VIP.

—Van contrarreloj y pendientes de que LaLiga y la RFEF aprueben su demanda de disputar los dos primeros partidos de Liga como visitantes. ¿Confía en ello?

—Ojalá. Creo que el Atlético también lo ha pedido. Así que espero que si se lo dan al Atlético también se lo den al Villarreal. Pero está por decidir. Si finalmente no nos aceptan la petición trabajaremos más deprisa y a ver cómo llegamos, seguramente sin estar terminado al cien por cien.

—No solo usted; también el consejero delegado y el vicepresidente dan la plantilla por cerrada con las lledas de Enes Ünal y Rúben Semedo, además del acuerdo con Andrés Fernández...

—Yo también considero que el equipo está cerrado. Por lo que me dicen los técnicos que les han seguido, creo que hemos acertado con los dos fichajes. Es cierto que hemos hecho una gran inversión económica con Ünal y Semedo, pero son dos jugadores jóvenes y con mucha progresión. Espero que nos salga bien y sobre todo que nos respeten las lesiones. Antes de la temporada pediremos a Sant Pasqual y a la Mare de Déu de Gràcia que nos ayuden a tener esa suerte de que las lesiones pasen de largo.

—Han invertido 28 millones de euros en dos jugadores. Es una cifra récord para el Villarreal.

—El fútbol se está poniendo cada vez más caro, en los fichajes, en las renovaciones por no sé cuántos millones... Hay dinero en el fútbol y lo que hay que tener es la cabeza fría para poder mantenerse. Todo el mundo queremos estar en Primera División cada año, pero por desgracia cada año habrá tres que no podrán. Cada vez habrá más competencia.

—¿Poder acometer operaciones del calibre de las dos últimos indica que el club atraviesa por una magnífica salud financiera?

—El Villarreal, con su política de equilibrio económico, lo que busca es fabricarse a sus propios jugadores, en la cantera. Ahora mismo teníamos una tesorería por ventas [la última la del argentino Mateo Musacchio al Milan] que hemos utilizado para acometer los últimos fichajes. El problema para nosotros es que el Villarreal paga mucho más rápido de lo que cobra sus ventas.