El mejor equipo defensivo de Europa sufrió como nunca con los balones aéreos ante un Cristiano Ronaldo circunscrito al área para buscar cabezazos. Así consiguió encarrilar una eliminatoria que sentenció desde el punto de penalti ante un Atlético irreconocible, al que le bastaba un gol para sentenciar la eliminatoria, pero que no consiguió ni una ocasión de peligro. Cristiano estropeó su gran noche con un gesto obsceno dedicado a los atléticos.

El inicio fue un acoso y derribo juventino, con gol anulado a Chiellini incluido, que no se detuvo hasta el final. Pjanic dirigió el partido hacia un dominio pleno de la Juventus, pero si hay un equipo en Europa que sabe sufrir es el Atleti de Simeone, pese a que el argentino tuvo que renunciar, ante las bajas, a sus cuatro centrocampistas. Griezmann destacó más en la contención que en la producción y Lemar no aportó la profundidad requerida.

La tensión era inevitable, pero los problemas reales no llegaron para el Atlético hasta que, tras una pérdida con el equipo saliendo al ataque, se encontró repentinamente con un gol en contra. Bernardeschi encontró a Ronaldo en el segundo palo, a la espalda de Juanfran, con la defensa reculando y, entre jaleos a la grada, comenzó la remontada.

‘cr7’, bestia negra / Con el impulso del gol, el entusiasmo local se tornó algo inabarcable para un Atlético que comenzó a sufrir, con nulo bagaje ofensivo. El segundo tiempo comenzó con otro cabezazo de Cristiano Ronaldo que dejó desconcertado a Simeone y a todo el Atlético, que se vio salvado con una mano de Oblak que sacó el remate del portugués desde dentro de su portería por escasos milímetros.

Con la eliminatoria igualada, la Juventus se encomendó a los centros laterales, su arma más productiva, para desarmar a los rojiblancos, que transitaban por el partido sin presencia en ataque. El portugués hizo el tercero tras un penalti de Correa, que derribó a Bernardeschi en el área. Un hat-trick que redondeó otra exhibición suya en Champions.