T Juegan Portugal y Gales, pero todo el mundo estará pendiente de dos jugadores, Cristiano Ronaldo y Gareth Bale, que protagonizarán la batalla de los egos en Lyón. El luso y el británico se jugarán un puesto en la final de Saint Denis, pero no solo eso. El vencedor dará un gran paso hacia el Balón de Oro, trofeo, hoy por hoy, sin ganador claro. Mientras Portugal disputa su cuarta semifinal en las cinco últimas ediciones, Gales se estrena entre las cuatro mejores. Es el partido más importante de la historia de los dragones, comandados por Bale, el único galés que no hizo planes para esta semana. Ledley había fijado su boda para este sábado, mientras Taylor no podrá acudir mañana a la de su hermano en México.

Ya lo proclamó Bale tras la Champions: “Ahora voy a por la Eurocopa”. Muchos se lo tomaron en broma, empezando por su compañero Kroos. “En tres partidos estarás en casa”, le soltó. Ambos están en semifinales, igual que Pepe, que anda entre algodones.

Cristiano se halla ante una de sus últimas opciones de lograr un título con su selección. Estuvo cerca en el 2004, pero la final de Lisboa cayó del lado griego y el luso acabó entre lágrimas. Tenía solo 19 años. Para Bale la final ya sería un éxito. El expreso de Cardiff se ha enfrentado en cinco ocasiones a Cristiano con el Tottenham con un balance letal: Cris le supera 5-0 en triunfos y goles.

COLECTIVO CONTRA RONALDO // De momento, el galés ya ha logrado lo que no pudo conseguir Ryan Giggs, la anterior estrella de su país, que triunfó en el United pero se retiró huérfano de torneos internacionales. “Somos un grupo de hermanos. No tenemos miedo, estamos unidos”, dice Bale, empeñado en alejarse del duelo contra Cristiano. “En Gales, la estrella es el equipo. Cristiano es fantástico, pero solo debemos preocupamos por nosotros. Sería un error obsesionarse con el rival”, agrega el zurdo del Real Madrid, que no ha necesitado decir gran cosa a su entrenador sobre Cristiano. “Lo sabemos absolutamente todo de él”, comenta Coleman.

SIN COMUNICACIÓN // De momento, no ha existido comunicación entre ambos. “No, no nos hemos mandado mensajes”, desvela Bale, que se estrenó en la selección hace una década con Toshack en el banquillo. Solo tenía 16 años y 10 meses. Aquel flaco con orejas de soplillo ya corría los 100 metros en 11,4 segundos.

Atormentado por las lesiones en su gemelo izquierdo, Bale se llevó a Francia un fisio que le examina tras cada partido. En el Madrid ha marcado cuatro faltas en 38 lanzamientos; su rival ha transformado 10 en 138. Cualquier éxito en la semifinal repercutiría en el Balón de Oro. “No me preocupa”, recalca Bale. A Cristiano, seguramente, sí. H