Una nueva exhibición de Gerard Moreno y 69 días después el Villarreal volvió a ganar en LaLiga. No fue mejor ni peor que en otros partidos, porque este equipo salvo contadas excepciones siempre ha mantenido un buen nivel, pero en Eibar rompió ese maleficio que le perseguía. Una victoria con momentos de sufrimiento, pero muchos más de brillantez. Y, por fin, se rompió un muro psicológico que parecía perseguir a los amarillos en el subconsciente y que tiene que devolver al Submarino en las próximas jornadas a los puestos europeos. Aguantó 15 minutos con 10 jugadores por la expulsión de Capoue, tiempo en el que remató con un golazo de Pedraza el 1-3 definitivo.

Y si alguien brilló de nuevo fue Gerard. El Louvre contiene una buena pinacoteca. La biblioteca nacional conserva una montaña de libros que harían las delicias de los enamorados de los manuscritos. Y LaLiga tiene su Gerardoteca, un rincón que sigue almacenando obras de arte de su jugador más en forma.

Gerard marca goles, da asistencias, roba balones, achica en defensa y cualquier día será bueno hasta de portero. Es puro espectáculo. Emery le ubicó pegado a la banda derecha, pero con libertad para arrancar desde cualquier posición. No marcó en Ipurua, pero dio las tres asistencias de los goles del Villarreal, volviendo a evidenciar que es algo más que un 9 al uso y ha inventado una nueva posición en el campo: el delanterocampista. Participó en todas las acciones importantes en ataque y dio un curso de visión de juego en los tantos de Moi, Bacca y Pedraza. Solo le faltó su gol, y tuvo ocasiones para lograrlo. Suma 15 dianas y 5 asistencias en LaLiga. Gerard es un crack.

LAS MODIFICACIONES DE EMERY

El once groguet presentaba ciertas modificaciones. Sobre todo con una defensa cien por cien renovada, con los cambios obligados en el centro por las bajas de Pau y Albiol y la rotación en los laterales. De mediocampo hacia arriba lo mas significativo era la titularidad de Bacca.

El Villarreal también tuneó su estilo. Se minimizó la salida con el balón controlado desde el área. El leitmotiv podría justificarse en las bajas de los dos centrales titulares, tanto como por la adelantada defensa que dispone Mendilibar.

BUENA LECTURA DEL PARTIDO

Cualquier entrenador sabe que el abc para atacar una zaga que se sitúa tan arriba para achicar espacios y presionar al rival como la eibarresa, es el pase largo en diagonal buscando la espalda de la zaga oponente y quebrarla en velocidad. Sí, la teoría es fácil, pero para llevarla a la práctica se necesita talento y jugadores como Parejo, Gerard y Moi. A los 61 segundos, lo que seguro que había repetido en la pizarra Emery, salió bordado, como dirigido por un mando de play. Desplazamiento largo cruzado, salida en diagonal, pase preciso al segundo palo y gol. El Villarreal encaraba el partido con una acción de tiralíneas de Parejo, Gerard y definición de Moi.

El Eibar jugó y dejó jugar. No se vino abajo con el 0-2 a la media hora y pudo meterse en el partido en un penalti de Estupiñán, detenido por Asenjo. Pero no desistió y un gol de Sergi Enrich, en el que Asenjo entonado hasta entonces, no anduvo fino, puso el marcador en vilo.

El partido se rompió con acciones en ambas áreas, pero el Villarreal aguantó bien, incluso en inferioridad por la roja de Capoue. Y supo apuntillar con otra carrera desde su campo de un lateral en forma como Pedraza para apuntalar el triunfo. El Villarreal lo merecía Punto de inflexión en Eibar.