De dos manitas pudo alardear en sus duelos con el Madrid. Una en el terreno de juego y otra en el banquillo. Y seguramente de ambas estaba igual de orgulloso Johan Cruyff por más que el 0-5 de aquel 17 de febrero de 1974 en el Bernabéu sea el que perdure en la memoria culé con un aire más legendario. Esa manita, esa humillación, no fue solo para el Madrid, sino para todo un régimen dictatorial que duraría 40 años y que tocaba a su fin. La otra histórica goleada llegó 20 años más tarde, con el técnico holandés comandando al Dream Team, el equipo que rompió el maleficio de la Copa de Europa y que regaló al Camp Nou la segunda mano para el recuerdo.

De esas dos goleadas podía fanfarronear Cruyff de sus duelos ligueros con el equipo blanco además de atesorar un palmarés global, como jugador y entrenador, más que favorable, unas cifras que, especialmente como futbolista, no siempre se tradujeron en forma de títulos. En ocho clásicos participó Johan durante su etapa como futbolista y, en la mitad de ellos, salió victorioso. Los otros cuatro se saldaron con dos empates y sendas derrotas.

POCOS GOLES // Curiosamente, solo una vez el Madrid pintó la cara al Barça del Cruyff jugador en el Camp Nou. Fue en su última campaña como azulgrana y los blancos vencieron por 2-3. Un dato negativo, sin embargo, emborrona su expediente como atacante en esa época. Y es que el Flaco tan solo pudo marcar tres goles al eterno rival en esa tanda de ocho duelos: en el 0-5 de su debut y en sendos clásicos de la temporada 1976-77, logrando un tanto en cada partido.

Pocos goles celebró Cruyff ante el Madrid y menos títulos porque de las cinco temporadas que jugó como barcelonista, solo pudo festejar una Liga. “Es algo que siempre me pregunté. Gané una y perdí cuatro. ¿Por qué pasó?”, explicaba él mismo en la película L’últim partit. 40 anys de Johan Cruyff a Catalunya. De esos otros cuatro campeonatos, el Madrid se llevó tres y el Atlético, uno.

Pero de toda esa sequía de títulos se resarció el holandés volador cuando regresó en 1988 como entrenador. Cerró la primera campaña con una Recopa y salvó el puesto en la segunda con la Copa conquistada al Madrid en Mestalla. Luego, llegaría la gloria. Hasta 16 clásicos de Liga dirigió Johan en el banquillo, ganando 7, firmando tablas en 4 y doblando la rodilla en 5. Más allá de estas cifras, los culés saborearon por primera vez la emoción de conquistar cuatro Ligas consecutivas, dos de ellas al equipo blanco en el último segundo y otra del Deportivo. Al empacho de Ligas se le sumó otro 5-0 al Madrid en el Camp Nou, eso sí, devuelto con saña la temporada siguiente (1994-95) por los blancos en el Bernabéu, con un motivado Laudrup ya en las filas merengues.

“¿Si tengo alguna culpa? Bueno, quizá tendría que haberme puesto el pantalón corto para tener algo de culpa?”, soltó Cruyff, al que acusaban de temoroso cuando tenía que ir al Bernabéu, donde curiosamente solo salió vencedor en una ocasión. Un mal fario al que se puso fin en la temporada 93-94 con un gol de Amor que valdría una Liga. “Si hablamos de 5-0, aún vamos ganando 2-1”, fue otra respuesta de Johan tras la manita del Bernabéu. H