David Cruz quiere seguir gestionando en el CD Castellón y, salvo giro inesperado u oferta mareante —que no llegará—, parece que no tiene mucha intención de vender su paquete accionarial mayoritario a cambio de abandonar la entidad orellut.

Eso es al menos lo que se desprende tras sondear a los grupos inversores implicados en este rocambolesco proceso de venta, en el que comienza a verse claramente que el actual máximo accionista pudo mentir en la Junta General de Accionistas del pasado mes de diciembre en la Cámara de Comercio, cuando dijo que la silla le quemaba y que llegaba el momento de vender sus participaciones y marcharse.

sigue a tres bandas / Por el momento, y cuando faltan cinco días para que finalice el tercer plazo de la ampliación de capital —concluye el 17 de abril—, lo que sí es claro es que el mandatario catalán está jugando a tres bandas, ya que continúa dialogando con el grupo chino Ledus —propietario entre otras cosas del FC Sochaux Montbéliard francés—, con el grupo inversor americano que cuenta con apoyo de capital alemán y en el que Impala cogería el fútbol base y con la opción provincial, con Pablo Hernández y Àngel Dealbert a la cabeza.

primero, a la ampliación / Mediterráneo, que ha sondeado a las fuentes de los posibles compradores, ha podido saber que cuando los interesados llaman a Cruz, la primera propuesta es remitirles a entrar en la ampliación de capital, sumándose a él, una circunstancia que siempre ha obtenido el no como respuesta.

Evidentemente, nadie quiere tener al lado a Cruz, cuya nefasta gestión está llevando al CD Castellón al borde del abismo, ya que ha incrementado exponencialmente la deuda, pese a estar la SAD en concurso de acreedores, y que, además, ha recibido varios avisos de Hacienda y Seguridad Social ante tantos atrasos.

Pero lo que más sorprende, e indigna a la vez, a los grupos inversores que han mostrado interés en adquirir las acciones del actual presidente, es que una de las condiciones que ofrece Cruz es la de seguir en la entidad y, además, gestionando.

desconfianza y rechazo / Ninguno de los posibles compradores tiene previsto a Cruz en su organigrama, como le han hecho saber, ya que no solo los números negativos provocan desconfianza y rechazo, sino que la crispación que hay entre la masa social en su contra ayudan a no querer contar con su colaboración.

Incluso el grupo chino vivió en primera persona cómo el Ayuntamiento no aceptaba recibirles si Cruz estaba presente.