L os errores en defensa le están costando muy caros al Villarreal CF durante toda la temporada. En este caso, más de corte individual que de organización colectiva, un aspecto que se ha ido mejorando con la evolución táctica que ha ido implantando Javi Calleja con esa modificación del dibujo tras la crisis de resultados que vivió el Submarino y que le tuvo siete jornadas sin conocer la victoria, abocándole a una situación límite.

El equipo amarillo empezó a dejar las veleidades ofensivas de un lado con la acumulación de demasiados jugadores de corte creativo de medio campo hacia adelante y mejoró en equilibrio defensivo-ofensivo. Y los resultados comenzaron a llegar.

Ahora el dolor de cabeza del técnico madrileño, y su gran obsesión, es la concatenación de errores fatales que le costó al Villarreal la dolorosa eliminación en la Copa del Rey en Anduva contra el CD Mirandés (4-2) y unos cuantos puntos en LaLiga. Calleja está insistiendo a sus hombres en la precipitación en el pase, en la colocación y la falta de concentración en las jugadas a balón parado, así como en las numerosas pérdidas de balón en zonas peligrosas del campo que acaban siendo jugadas de máximo peligro para la portería del Submarino.

El ejemplo más sangrante fue el partido de Miranda de Ebro. El KO copero se cimentó en gravísimos errores defensivos, impropios de un equipo de élite como es el Villarreal. Los tres goles del Mirandés fueron sendos regalos que el conjunto burgalés supo aprovechar para meterse en las semifinales. Y lo más grave es que estos errores se están repitiendo de forma compulsiva hasta convertirse en un problema que se ha convertido en la gran preocupación del técnico groguet.

A Calleja se le achacaba en sus primeros pasos como entrenador que no trabajaba lo suficiente el sistema defensivo y que solo se preocupaba en atacar y atacar. Posiblemente sea una argumentación válida en aquellos compases iniciales de su periplo en el club… pero no ahora. El técnico está trabajando el juego defensivo a balón parado en las sesiones de trabajo y corrigiendo individualmente a sus jugadores lo que considera que no están haciendo bien. Incluso, con la visión en vídeo de los fallos y la indicación de que se deben observar correctamente las vigilancias defensivas en faltas y saques de esquina, además de no correr riesgos en pases innecesarios en zonas de peligro. Pero los fallos siguen lastrando al Villarreal y repitiéndose.

MUY PREVISIBLES / Y los rivales siguen tomando nota y sacando partido de ellos. Sergio González, entrenador del Valladolid, estuvo en Anduva viendo en directo el partido de Copa y el sábado su equipo buscó con insistencia la espalda de la defensa en las acciones a balón parado, explotó el juego de bandas, por el que llegó la acción del gol blanquivioleta después de una jugada similar anterior, y la presión a la salida del balón de la zaga amarilla, muy deficiente desde la ausencia de Pau Francisco Torres. También es un error del técnico del Submarino, el abuso de esta acción cuando no se dispone de los jugadores adecuados para ello, puesto que Funes Mori no destaca por esa cualidad como central.

repeticiones / La estadística dice que el Villarreal ha recibido alrededor de una decena de goles en jugadas a balón parado y la sangría continúa. Más de lo mismo con los pases precipitados y las pérdidas de balón en la propia frontal del área. En Zorrilla, una entrega fallida del propio Funes Mori estuvo a punto de significar el 0-2 en el marcador pero, por fortuna, Sandro falló un gol cantado. Una jugada que se ha visto en demasiadas ocasiones esta temporada tanto en la Cerámica como lejos de Vila-real.

La vuelta a Europa pasa por poner freno a la sangría defensiva, que está siendo una cuestión mas de índole individual que colectiva, y empezar a sumar de tres en tres para mantener las aspiraciones de acabar la liga regular entre los primeros clasificados y ver cumplido así el objetivo marcado por el club groguet.