Es una historia hermosa, entre sentimental y acalorada, entre real y soñada, entre dulce y agria. Argentina conquistó, el pasado domingo, en Zagreb (Croacia), su primera Copa Davis después de cuatro intentos frustrados en 105 años de existencia de tan magna competición. Y, una vez celebrada la fiesta, con Diego Armando Maradona como primer fan ("me ofrecieron bajar a la cancha con ellos, pero no quise, yo quiero seguir siendo solo un fanático del tenis, de Argentina”), alguien se quedó solo en la pista en la que Juan Martin del Potro y Federico Delbonis lograron la remontada, una de las mayores proezas de la historia de la Davis. Era el veterano periodista argentina, Guillermo Salatino, de 71 años, especialista en tenis. “Me quedé porque debía cumplir mi promesa, de lo contrario no hubiese podido dormir tranquilo”.

LA VICTORIA DE VERDASCO

La promesa de Salatino arranca, nace, en una de las finales perdidas por Argentina. Concretamente la de Mar de Plata, en noviembre de 2008, cuando España, sin Rafa Nadal, le arrebató su sueño a los albicelestes. Del Potro no pudo jugar el cuarto punto por lesión y su puesto, frente a Fernando Verdasco, lo ocupó Jose ‘Chucho’ Acasuso, que perdió en cinco sets, culminando la derrota local (1-3).

La conferencia de prensa, posterior a la derrota argentina, fue tremenda, ruidosa, alborotada, pues los periodistas locales, liderados por Salatino, discutieron, a gritos, con Acasuso y el capitán Alberto ‘Luli’ Mancini. Una televisión acababa de contar que los componentes del equipo argentino “se cagaron a trompadas” en el vestuario tras la derrota ante España y tanto Acasuso como Mancini pidieron explicaciones a los medios por “semejante mentira”.

EL PODER DE LA PRENSA

Salatino, como veterano especialista del mundo del tenis, tuvo un enfrentamiento, correcto, pero duro, con los representantes del equipo argentino en el que, incluso, reconoció “haber llorado por la derrota, pues nosotros lo que queremos contar son victorias. Nosotros no trabajamos para ustedes, trabajamos para la gente y la gente, nuestra gente, quiere ganar”. “Ustedes tienen el poder y, a veces, no lo utilizan como es debido”, le dijo Acasuso, segundos antes de que Mancini cerrase la conferencia de prensa con un contundente “no tiene sentido que ustedes y nosotros nos peleemos aquí y ahora, porque ustedes y nosotros lo único que queremos es ganar”.

Esa conferencia de prensa no acabó así, concluyó con Salatino prometiendo, públicamente, que “si algún día Argentina gana la Davis, cosa que espero, cruzaré de rodillas la cancha donde se produzca el triunfo”. Fue por eso que, nada más concluir la fiesta del domingo, el veterano informador bajó a la pista del Arena Zagreb y le pidió a su cámara que le grabase.

EL GESTO DE SALATINO

"Para mí, esto es lo máximo, la frutilla del postre para mi carrera, lo único que me faltaba. Recuerdo que, en aquella final de 2008, cuando la perdimos, porque la perdimos nosotros frente a jugadores inferiores, dije 'no la ganamos nunca más'. Me peleé con los jugadores en la conferencia de prensa, hice un papelón. Pero también me dije 'si la llego a ganar, cruzo la cancha de rodillas. Permítanme", dijo Salatino, de 71 años, para luego cumplir con su palabra.

A continuación, Salatino se arrodilló y, aunque empezó a cruzar la cancha sin apoyarse con sus manos en la pista, solo a golpe de cintura y arrastrando su, tal vez, maltrechas rodillas, al final, gateó cual bebé feliz y cumplió, en efecto, su promesa.