Pasadas las siete de la mañana la Plaça de la Font de Borriol comienza a poblarse de unos seres ataviados de bragas en el cuello, pasamontañas, gorritos, polares... es decir, ropa deportiva de abrigo. Todos escondían algo... su indumentaria de runner.

Ayer se corría la Marxa a Peu per Borriol, que cumplía su vigésima edición. Una carrera que dicen es la que marca el inicio de la llamada pretemporada MiM, para aquellos que se preparan alguna de las citas de la Penyagolosa Trails. Me llamó la atención ver a esas horas solo un bar abierto... y claro, conseguir un café se convirtió en toda una odisea.

Tras el chute de cafeína, a calentar entre pingüinos. ¡Qué frío! Pero había que entrar en calor. Me sorprendió ver a tantísima gente —más de 900 inscritos entre las dos carreras— llegada desde Benicarló, Alcalà, Sant Mateu, Culla y otras poblaciones de Els Ports y comarcas más lejanas, así como algunos clubs valencianos.

Antes del pistoletazo de salida los habituales corrillos, piques entre corredores y fotos de grupo. Andrés Núñez, fotógrafo de Last Race Studio, montando el dispositivo para las instantáneas; Raúl Puchol, el speaker, afinando su voz; Salva Tello, de Terreta Running, preparando su habitual video en carrera; y los componentes del Club Muntanyer La Pedrera, el organizador, dejando listo el espectacular manjar de todo tipo de comida y bebida para los finishers. Una carrera que mima al runner. ¡Ah! Sí, sí, la corrí y la terminé, pero eso qué más da.