Era el alto de la clase, enamorado del fútbol y un buen chico, o al menos eso dice él, que hacía caso a todo lo que sus padres le decían. Tanto era así que aconsejado por estos dejó el fútbol y empezó a jugar a baloncesto, en plena adolescencia, con 16 años. Natural de Torrent (Valencia), Víctor Hidalgo es un baloncestista un poco tardío, aunque nada más calzarse las zapatillas empezó a despuntar, y ya en su segundo año de júnior militó en las filas del todopoderoso Valencia Basket.

Desde entonces, Víctor ha estado dedicado profesionalmente al baloncesto, admirando a sus idolatrados de la NBA Michael Jordan, Pau Gasol o Tim Duncan, y son ya dieciséis temporadas en sus anchas espaldas, desde que aquel alto adolescente botara su primer balón en el año 2001 con el Nou Basket Torrent.

Hidalgo se sincera en Mediterráneo. El pívot de 2,04 metros de altura confiesa que le gusta “mucho el color negro, Matrix y Limp Bizkit”, y se define como “una buena persona y muy extrovertido”. Tanto es así que podría apropiarse del eslogan “donde va, triunfa”.

SUS SECRETOS // “Generoso ladrón”, porque también roba balones en la pista y no solo coge rebotes, confiesa haberlo “dado todo en cada equipo y lugar” donde ha estado, y se queda “con todo lo bueno” que le ha pasado. Como buen valenciano, le “encanta el mar, la música...” y lleva la paella “como santo y seña” allá donde el baloncesto o los festivales de música le llevan, otra religión.

Aventurero nacional, se ha recorrido la Península jugando. Aunque tuvo tiempo para probar la vida en Francia, aprovechando su primer temporadón en el Amics. Fue una buena experiencia en materia económica, pero su corazón salió un claro “una y no más Santo Tomás” --como suele decir-- a “una liga que es individualista y muy física, pero que aún está por detrás del baloncesto español”.

SU SEGUNDA CASA // Considera Castellón su segunda casa y se siente miembro de pleno derecho en la familia del Amics, donde ha vivido quizá sus “mejores años deportivamente hablando” y donde ha tirado del carro dentro y fuera de la pista para ganar una Copa, conseguir un ascenso y llegar a una liga, a la que confiesa, que “nunca” pensó que jugaría.

A día de hoy, en su regreso a LEB Oro --ya estuvo en el Gandia--, en LEB Oro aspira a conseguir primero la permanencia y por qué no, algo más. Pero si a algo aspira Víctor Hidalgo en esta vida es a “formar una familia” con su chica en la capital de España, claro está, con el permiso de una afición, el baloncesto, que se convirtió en su modo de vida: “Tendremos Víctor Hidalgo hasta que el cuerpo aguante”. H