Una crítica positiva o negativa de un libro puede condicionar su lectura. Cuando, a causa de los comentarios previos, esperas encontrarte con una obra maestra, el autor lo tiene más difícil para colmar tus expectativas. Lo mismo pasa con una película, un disco… o un equipo de fútbol.

En el Villarreal, desde la llegada de Javi Calleja, se han escuchado muchas voces que han restado méritos a las victorias ante Eibar, Girona, Las Palmas o Málaga. «Cómo no iban a ganar, si son unas bandas», afirmaban los más osados, obviando que anteriormente otros equipos que también eran inferiores sobre el papel como Getafe o Levante te habían pintado la cara. Empatar contra el Atlético en el Wanda «es lo normal», alegando el mal momento de los rojiblancos, que el sábado, por cierto, a punto estuvieron de ganar en el mismo escenario al vigente campeón de Europa.

Lo mismo se puede decir con el partido ante el Athletic de anoche. El Villarreal ayer cuajó un gran encuentro, fue superior a su rival en casi todas las facetas del juego y pudo ganar perfectamente en un estadio en el que nunca lo ha hecho como el nuevo San Mamés. Sin embargo, para algunos nunca será suficiente.

No es una cuestión de ser mejor o peor aficionado, sino de expectativas. Todo lo que no sea ser campeón es un fracaso para Barça y Madrid, mientras en Valencia muchos aseguran ya que el único objetivo es ganar la Liga. Hay que ser ambicioso, pero también está bien ser realista.