Cada jugada conflictiva en Butarque en la que Cédric Bakambu aparecía por las inmediaciones fue ayer un sinvivir para el Villarreal. El internacional congoleño está obligado a vivir protegido por una burbuja y el Villarreal a cuidarle al máximo para que el goleador del equipo, autor de 14 de los 35 goles del Submarino en lo que llevamos de temporada, resista a la plaga de contratiempos que está acuciando a los de Javier Calleja en las últimas semanas.

Hoy por hoy, Bakagoal es el único atacante en la nómina del primer equipo en condiciones de afrontar la recta final del 2017. Si Nicola Sansone caía el pasado jueves en la Copa del Rey —alrededor de mes y medio estará el italiano de baja—, ayer fue Carlos Bacca el que se sumaba a la enfermería del Villarreal, toda una tragedia teniendo en cuenta que el cuarto delantero que comenzó la campaña 2017/2018, Enes Ünal, tiene cerradas las puertas de la entidad amarilla hasta, como mínimo, el 1 de enero, el día a partir del que el Submarino puede repescar al turco, cedido en estos momentos en el Levante.

La cosa se agrava cuando uno ve la lista de apercibidos y comprueba que Bakambu está a una sola amarilla de la sanción. Ayer se salvó y podrá estar ante el Barça. Bakambu tendrá que refrenar sus impulsos de meter la pierna o protestar a los árbitros para aguantar hasta final de año, hasta que la dramática situación del ataque escampe.

Pendientes de Bacca

El Villarreal estará en las próximas horas pendiente del resultado de las pruebas a las que se someterá Carlos Bacca para conocer con exactitud hasta qué punto le afectará el calambre en el isquiotibial de la pierna izquierda que notó en Butarque. Solo había pasado media hora de partido y el 9 amarillo tuvo que tenderse sobre el césped ante la imposibilidad de seguir dentro del partido. El colombiano está siendo el segundo futbolista más efectivo de cara a puerta del Submarino. La sombra de una lesión de importante consideración planea sobre el cuerpo técnico de Calleja, que teme tener que prescindir por varias semanas de Bacca y ante encuentros tan significativos como la visita del Barça al Estadio de la Cerámica o el derbi autonómico en Mestalla (el día 23) que cerrará el 2017 competitivo del Villarreal.

Mirando al filial

«Ha notado un tirón muscular. Valoraremos esta próxima semana, pero todo apunta a que es un tema de isquiotibiales, a nivel muscular», explicaba Javier Calleja sobre el contratiempo de Bacca tras la derrota en Leganés, de la que salió pensando en soluciones de urgencia para una delantera que se ha visto reducida a la mínima expresión. Toca mirar al filial, ese que le ha sacado de varios problemas desde su llegada al banquillo del primer equipo. Ayer, Mario González se sumó a la lista de promocionados de Calleja, que valora la opción de adelantar a Raba unos metros para acompañar a Bakambu en esta recta final de año. «Tiene pinta de que Raba nos tendrá que echar una mano en el ataque. Tiene calidad y confiamos plenamente en él», ratificó el entrenador madrileño.

La ‘enfermería’

La importancia de las ausencias ofensivas se suma a una larga lista de la que aún no ha salido Bruno, con el alta médica, aún le faltarán un par de semanas a Cheryshev, y en la que tienen todavía una permanencia más o menos larga los Sansone —cinco semanas—, Semedo, y, por supuesto, Andrés Fernández, que sigue recuperándose en solitario de la grave lesión de rodilla que sufrió en Anoeta casi en el inicio de la Liga.