Menos oxígeno, más presión. El CD Castellón está obligado a retomar los pagos mensuales, desde ya, a la Agencia Tributaria, después de que haya expirado la moratoria concedida en octubre, durante seis meses, amparada en la ampliación de capital absolutamente fallida hasta el momento. Así lo ha confirmado José Cano-Coloma, secretaria del consejo de administración de la entidad, que tendrá que hacer frente nuevamente a 20.000 euros mensuales cuando las arcas están totalmente vacías. David Cruz se queda sin tiempo ni soluciones, a no ser de se desprenda del Castellón.

Esta situación, de no resolverse, provocará la puesta en marcha del expediente de disolución de la entidad. Un escenario que Cruz y Cano-Coloma han negado que se vaya a producir con ellos al frente de la SAD, lo que solo les deja una salida: la venta.

El Castellón suspiraba por una prórroga de esa moratoria de la Agencia Tributaria vigente durante los últimos seis meses, pero la ampliación de capital, que mañana concluye su segundo plazo para dejar paso a uno último abierto ya a todo el mundo, ha sido un fracaso. Sin embargo, para aspirar a ella, tenía que ponerse al día con el Fisco o desembolsar una cantidad elevada, lo cual no estará ahora al alcance del consejo de administración vigente.

Cruz está cada vez más atrapado entre la espada y la pared. Entre la venta y abocar al club a la disolución, lo cual podría acarrearle una responsabilidad penal. Su estrategia de ganar tiempo al tiempo mientras se acumulan los impagos, de llegar como sea a los play-off para hacer caja e incrementar el precio del club, ha encontrado en la intransigencia de Hacienda -no hace otra cosa que cumplir con lo pactado-, con lo que debe acelerar el proceso de traspaso de poderes en el Castellón y acabar con su táctica de marear la perdiz, sin aportar dinero ni soluciones.