Día especial para David Cubillas, que ayer cumplía años. Seguro que no le fallaron las fuerzas para soplar las 28 velas, aunque el delantero ha llegado al final de la temporada al límite, exprimido por haberlo jugado casi todo, circunstancia agravada con los problemas que ha arrastrado siendo el pupas del equipo: fuerte golpe en las costillas, rotura de la nariz que le obligó a jugar con máscara, las más de 10 grapas de sutura del encuentro ante el Sant Andreu...

Cuando el Castellón hizo el esfuerzo de traerlo, el pasado verano, ya se presumía la capital importancia de Cubigol. Su respuesta, compromiso y entrega ahí están, al igual que sus 21 tantos. No obstante, ni siquiera él hubiese imaginado que a estas alturas acumulase más de 3.500 minutos en sus piernas, fruto de haber disputado 44 de los 45 encuentros.

Porque Cubillas ha jugado siempre. Solo contabiliza una ausencia, obligada además, en la visita, a primeros de diciembre, al Recambios Colón, porque tenía que cumplir sanción. Son 3.541 minutos, lo que significa el 87,5% del total. Estratosférico. Una de las razones por la que Sergi Escobar, el domingo en Portugalete, lo quitó poco después del 1-0.

Los otros ‘top’

Pero Cubillas no es el único por encima de los 3.000 minutos. Lo de Zagalá entra dentro de lo lógico (3.775), pero Jordi Marenyà está en 3.354, Àngel Dealbert en 3.303 y Javi Serra, en 3.142.