El TAU Castelló afrontaba la temporada 2016-17, la segunda consecutiva en Liga LEB Oro, con muchas más expectativas que en el pasado ejercicio, cuando el único objetivo era la permanencia. La llegada de un nuevo patrocinador, TAU Cerámica, bajo la nueva gerencia del grupo Pamesa, daba una significativa bocanada de aire fresco y suponía una inyección económica que debía garantizar un mejor proyecto deportivo.

Sobre el papel, el Amics del Bàsquet Castelló ha confeccionado una plantilla mucho más completa que la pasada campaña, con jugadores contrastados en la categoría y que fueron importantes en sus equipos en el pasado. Pero tras ocho partidos disputados, el conjunto de Toni Ten solo ha sido capaz de ganar dos de sus encuentros.

Ha pesado en el grupo el fatídico accidente sufrido a la vuelta del partido de Burgos, que mermó física y moralmente a la plantilla, lastrándole su rutina unas tres semanas y teniendo que aplazar, a su vez, el encuentro ante el Cáceres.

Pero el análisis sobre qué sucede es más profundo, siendo tres los problemas que se detectan desde dentro: acoplar a siete fichajes; el rebote, ofensivo y defensivo; y el saber gestionar los minutos finales.

Acoplar a siete jugadores

El principal problema con el que se ha encontrado el cuerpo técnico es el hecho de tener que adaptar a siete nuevos jugadores: Arévalo, Durán, Sergio Rodríguez, Nguirane, Fede Uclés, Kyle Cooper y Alex Herrera.

Los técnicos son conscientes de que les está costando adaptar a siete fichajes nuevos: con dos estadounidenses sin experiencia en España (Cooper y Herrera), y otros jugadores que no eran tan importantes en las estructuras de sus antiguos equipos y en el TAU lo tienen que ser, como Nguirane, Sergio Rodríguez o Uclés.

El rebote, punto débil

Uno de los problemas que está complicando la existencia del TAU en el presente ejercicio es el rebote, tanto el ofensivo como el defensivo. El conjunto castellonense es el 2º menos reboteador de LEB Oro (233 rebotes), aunque ese dato es engañoso al tener un partido menos. Pero el problema está en la media, ya que es el antepenúltimo de la Liga en capturas, con 29,1 por encuentro; siendo el penúltimo en rebotes defensivos (20,5 de media) y el 15º de 18 en ofensivos (8,6).

Gestionar los finales

El ansia de ganar que se respira en el seno del equipo es otro de los problemas, ya que el TAU no ha sabido gestionar tres finales apretados que ha tenido en ocho encuentros: ante Ourense (82-81), Quesos Cerrato Palencia (79-78) y Actel Força Lleida (77-80). Un mal que debe corregirse.

Desde el propio TAU se palpa la realidad, como analiza Toni Ten para Mediterráneo. «No nos gusta a nadie perder, pero sabíamos que esto estaba dentro de las posibilidades», indica.

Tiene claro el técnico que en esta competición hay que ser «muy competitivo». «Debemos aprender a saber sufrir para ganar. Nuestra realidad es la que es, y la LEB Oro es muy exigente», reconoce, pero advierte que irán a más. «Desde la confianza pelearemos con todo lo que tenemos para crecer y ser más competitivos», concluye. H