Hubo un tiempo en el que el Villarreal creía en meigas. Un tiempo en que citar Balaídos era como citar una maldición que se prolongaba desde la primera visita de los amarillos al vetusto recinto vigués, en el 2001. Un gol de penalti de Mostovoi ante un Submarino aún primerizo en la élite, el de los Arruabarrena, Jorge López, Chingu… inició una serie de catastróficas desdichas en cada visita a Vigo. Llegó una segunda derrota, una tercera… y la cuarta. Solo el descenso del Celta en la campaña 2003/04 frenó la racha negativa. Los gallegos volvieron a la máxima categoría en la temporada 2005/06. Tocaba tentar de nuevo a la suerte. Y llegó la quinta derrota consecutiva en Balaídos.

Ahora la historia se repite, pero al revés. Hoy en día son los vigueses los que tiemblan cuando el calendario llega a la cita con el Villarreal, que en diciembre del 2006 logró cortar la sangría de derrotas en Balaídos. Desde entonces, el Submarino no ha vuelto a naufragar en Vigo. Ha hecho partidos mejores y peores, pero ya son más de 10 años los que han transcurrido desde que Diego Forlán evitara en diciembre del 2006 la sexta derrota seguida del Villarreal en el estadio del Celta.

Los mejores escenarios

Solo dos estadios de la geografía nacional de clubs actualmente en la máxima categoría acumulan más tiempo sin ver perder al Villarreal, aunque más por las prolongadas ausencias de sus propietarios en Primera División que por méritos de los vila-realenses. El Gran Canaria celebró su último triunfo ante el Submarino en el 2002; Mendizorroza en el 2003. Después ya está Balaídos, donde los de Escribá afrontan mañana el objetivo de seguir metiendo presión al Atlético y la Real Sociedad en la pelea por la plaza de Champions.

La racha invicta de los amarillos en Vigo supera a la que el Villarreal tiene en Cornellà-El Prat, el estadio inaugurado en el 2009 y en el que el Submarino se mantiene invicto: siete visitas y siempre puntuando. La última derrota visitante ante el Espanyol se remonta al 2008, pero con Montjuïc como testigo. El Sadar, que asistió a la última victoria liguera de los amarillos lejos del Estadio de la Cerámica (1-4), no celebra un triunfo ante el Villarreal desde finales del 2011, dos años más que el Villamarín (septiembre del 2013).

Mestalla o el Calderón no han visto caer a los amarillos desde inicios del 2014. Precisamente, en estos dos estadios se puede apuntalar el ansiado retorno a la Champions en la recta final de Liga.