Un club diferente. El Villarreal se ha posicionado en los últimos años como un ejemplo en gestión de imagen corporativa y RSC. El club de la Plana Baixa, dentro de su programa Endavant Igualtat, apadrina centros especiales de la provincia de Castellón y apuesta por la educación y el desarrollo personal de los jugadores del fútbol base amarillo. Una de esas instituciones que se favorecen de este intercambio de valores es la Fundación Síndrome de Down Castellón, que recibe la ayuda del juvenil A desde que surgió la idea en la campaña 2015/2016.

De hecho, la visita del reciente campeón de Liga y Copa del Rey rompe la rutina de los miembros de este colectivo cada 15 días. «Es un gran orgullo y alegría que los jugadores del Villarreal se acerquen y colaboren con nosotros», asegura Eva Miravet, directora del Centro Ocupacional de la Fundación. «Intentamos diseñar un calendario de actividades que hagan mucho más ameno el día a día de los chicos. A veces son ellos quienes vienen a nuestra sede y colaboran con los ejercicios rutinarios de los miembros y otras somos nosotros quienes vamos a su lugar de trabajo», detalla la responsable del centro.

Ayer, la expedición del Submarino no se quiso perder uno de los días más importantes en la organización, el evento Todos a moverse 2019, que tuvo lugar en el pabellón polideportivo de la Universitat Jaume I y que contó con todos los miembros de la plantilla del juvenil A, partícipes de las actividades y responsables de liderar la entrega de trofeos.

La experiencia

La anterior jornada fue la Fundación Síndrome de Down quien se desplazó hasta Miralcamp para ver in situ el entrenamiento del máximo exponente de la Cantera Grogueta y vivir una sesión especial. Los chicos se vistieron de periodistas y entrevistaron en la sala de prensa del Mini Estadi a los futbolistas amarillos, para conocer cómo era su día a día, cómo se preparan para los partidos, qué esperan esta temporada, etc.

Sin embargo, no es solo una ayuda para los miembros del centro, sino que ambas partes se favorecen en este intercambio de valores. «Es una fantástica iniciativa por parte del club, nos permite mejorar las relaciones interpersonales y acercar a los chicos a la realidad. En el mundo del fútbol estás alejado de los problemas que existen en el día a día de la sociedad y esta es una gran solución para crecer como persona, algo muy importante durante la etapa de un jugador que quiere llegar a ser profesional», explica Miguel Ángel Tena, entrenador del juvenil A del Villarreal.

Las capacidades físicas y atléticas de los jóvenes jugadores contrastan con las limitaciones de los afectados por este síndrome, que se produce al aparecer durante el proceso de gestación un tercer cromosoma, uno más de los que tienen el resto de personas ajenas a esta alteración.

Las manifestaciones pueden ser muy distintas en cada afectado por la trisomía 21­ --así se llama el cromosoma extra-- desde alteraciones físicas, problemas cardíacos, discapacidades intelectuales, etc. Aun así, son más las cosas que les unen que las que les separan y en muchos casos se forjan unas amistades que perduran en el tiempo y van más allá del año que dura su etapa de apadrinamiento.